Por Jeaneth D. Santana
Michelle Wu hizo historia. Ganó, con el 64% de los votos del electorado, la Alcaldía de Boston, cargo que en los últimos 200 años estuvo ocupado sólo por hombres blancos. La demócrata, oriunda de Chicago, Illinois, graduada en Harvard University, se convirtió este 2 de noviembre en la primera mujer asiática que dirigirá -por 4 años consecutivos- los destinos de la ciudad más poblada de Nueva Inglaterra, la de las mejores universidades del mundo, la de los mejores médicos y la tercera ciudad más cara de Los Estados Unidos. Su adversaria, la también demócrata Annissa Essaibi George, en una intervención pública desde su centro de campaña -a las 10:22 pm- le concedió la victoria.

La jornada electoral inició a las 7 de la mañana y concluyó a las 8 de la noche. East Boston es un barrio de Boston donde el 75% de su población es latina. Elsa Calderón, una inmigrante salvadoreña fue una de las primeras que llegó a East Boston High School para sufragar. “Mi voto fue para Michelle Wu porque hará mucha obra en favor de nosotros, los latinos”, aseguró.

Melanie Cadavid y Julián Ramos, son dos estudiantes de secundaria, que trabajaron en el proceso de elecciones, fueron los encargados de recibir a los votantes de East Boston, e informales si constaban en el padrón electoral. La frescura y el ímpetu de su juventud contrastaba con la timidez frente a las cámaras de los periodistas. Ambos coincidieron que haberles dado la oportunidad de ser “trabajadores electorales”, los hizo valorar la importancia de sufragar -cuando puedan hacerlo- para tener una voz frente a las autoridades.

Otro punto importante de votación latina es Villa Victoria, un barrio de 4 cuadras, ubicado en South End, en el cual más de mil residentes tienen su hogar, donde cada rincón está lleno de cultura e identidad puertorriqueña. Aquí acudieron más de 500 votantes de diferentes países como Cuba, República Dominicana, Colombia, Ecuador, Perú, El Salvador y Venezuela que representaron el 65% de los electores; el resto correspondió a otras minorías.

Anastasia Correa, trabajadora electoral del Recinto 9 (Ward), Pabellón 1 (Precinct) al evaluar el desarrollo de las votaciones fue enfática en decir que faltó la presencia de más latinos en las urnas, porque esta es la única forma para que la comunidad pueda exigir sus derechos. “Muchas de los votos llegaron a través del correo”, expresó.

Una vez cerrado el proceso, los trabajadores electorales deben cuadrar los números, es decir tanto el libro de registro de los policías como el libro de los delegados tiene que marcar la misma cantidad de votantes que ingresaron y salieron del recinto electoral, más el registro voto a voto que ha hecho la caja negra o el escaneador cuando cada persona, luego de sufragar, ingresa la papeleta. Posterior a ello, alrededor de las 9 de la noche, las actas fueron llevadas, debidamente resguardadas por la Policía, al City Hall de Boston, donde cada papeleta lleva inmerso el anhelo de días mejores.