Aquellos quienes laboran en el sector de los servicios, como, por ejemplo, restaurantes, hospitales o supermercados, sin duda fueron los más afectados durante la pandemia. Y es que por definición “servir” lleva consigo la necesidad del contacto humano donde la “distancia social” es ajena. Ese sector se apoya de manera especial en las minorías étnicas de este país, donde los latinos llevan el estandarte.
¿Quién ha ido a un restaurante en USA sin ver a un latino servir o a otro sudar en la cocina? Nosotros los latinos tenemos la dicha de disfrutar ese gran don de dar, ojo, no por servilismo sino porque culturalmente nos gusta. El proveernos dicha los unos a los otros con una sonrisa, nos lo enseñaron en nuestros hogares desde la infancia. Ese es el secreto, la receta que enamora a quienes se cansan en este país del norte el escuchar “eso no lo puedo hacer, búsquese a otro” mientras nosotros siempre estamos ahí para resolver. Estamos educados para hacer lo que se nos venga.
Recordemos que antes de la vacuna contra el COVID, cuando personas de edad mayor temían ir a los supermercados porque, con razón, sentían que el contagio podría ser fatal para ellos, contrataban a latinos para que les hicieran las compras. Ellos lo hicieron con gusto a pesar de que sabían que se exponían a contraer la enfermedad. Lo hicieron, claro, con una mezcla de necesidad y compromiso con sus “jefes” o “patrones”. Como consecuencia, muchos latinos contrajeron COVID por arriesgarse y un gran número de personas conscientes de su sacrificio se unieron a las voces pro-inmigración.
Un estudio publicado recientemente por el Instituto Nacional de Cáncer (NCI por sus siglas en inglés) confirma que la pandemia afectó mucho más a los estadounidenses latinos, negros e indígenas que a los blancos. ¿La razón? No solo las precondiciones de salud dado su estatus social, sino su exposición al virus debido a sus compromisos laborales.
“Ante la pandemia, los latinos en Estados Unidos responden como siempre lo han hecho desde que emigraron: frente a la adversidad, trabajar y trabajar con mucho optimismo”.
De acuerdo a un estudio del Centro de Investigación PEW, los latinos en Estados Unidos fueron muy afectados por la pandemia tanto en lo financiero como en lo personal, pero muchos se sienten confiados en que lo peor para ellos ha quedado atrás. El estudio se basó en entrevistas efectuadas a 3 mil 375 latinos en Estados Unidos. Esta investigación encontró lo que muchos ya sabían: que los latinos sufrieron pérdidas de empleos y salarios, así como altas tasas de infección y muerte. Más de la mitad de los entrevistados confesaron que algún miembro de su familia o de un amigo fue hospitalizado o falleció a causa del coronavirus. Muchos de ellos trabajan en lugares donde deben servirle al público.
Quisiéramos destacar de esta encuesta que los latinos —en especial los que carecen de residencia legal permanente— experimentaron altas tasas de pérdidas de empleo o salario a comienzos de la pandemia, pero ya han comenzado a recuperarse.
A pesar de esto, según la misma encuesta alrededor de la mitad se mostraron optimistas por el futuro y 65% consideraron que habían superado lo peor de la pandemia. Casi dos tercios de los latinos dijeron que ayudaron o enviaron dinero a amigos, parientes y organizaciones caritativas a pesar de sus problemas propios.
En resumen, los latinos en EEUU siguen siendo lo que son y somos: trabajadores, resilientes a la adversidad y solidarios. Ante la pandemia, los latinos en Estados Unidos responden como siempre lo han hecho desde que emigraron: frente a la adversidad solo les queda trabajar y trabajar con mucho optimismo. ¿Qué más se les puede pedir a los ciudadanos inmigrantes?