El cambio climático ya no es un problema del futuro; es más bien uno del presente. El invierno pasado fue uno de los más fríos registrados, tuvimos la ola de frío más larga registrada en Boston desde hace 100 años, con temperaturas por debajo de 20 grados Fahrenheit por más de 10 días consecutivos. Además, presenciamos dos tormentas tropicales que ha traído inundaciones costeras por la crecida del nivel del mar. Una de ellas, Ida, generó más de 70 muertos en el noreste de Estados Unidos. El cambio climático ha influenciado todos estos fenómenos, y las comunidades de color son las más afectadas.
Las investigaciones y los datos sugieren que cada vez tendremos más episodios meteorológicos extremos, como inundaciones, tormentas y olas de calor, que podrían afectar seriamente las infraestructuras urbanas tales como redes de transporte, redes de alcantarillado. Pero también redes de suministro de alimentos e incluso la salud de las personas. Las ciudades, al calentarse más que las áreas rurales, crean “islas de calor”, que representan un riesgo grave para la salud para los niños y adultos mayores.
Esto quiere decir que nuestros seres queridos, comunidades, pertenencias e inversiones se encuentran en áreas propensas a inundaciones, sequías, olas de calor y otros desastres naturales. Y tal vez no sabemos que en realidad sí somos vulnerables, y mucho menos en qué proporción.

En 2012 la tormenta Sandy causó 50,000 millones de dólares en daños y 72 muertos en NY y NJ. En cualquier momento, podemos ser abatidos por una tormenta similar en Boston.

East Boston es un vecindario rodeado de agua: Chelsea Creek, Mystic River y Boston Harbor. Fue creado usando vertederos para conectar islas, y está cerca del nivel del mar. Esto lo lo hace propenso a las inundaciones.

7300 personas en East Boston están en riesgo de inundaciones. De ellas, casi 4000 son latinos. Cerca de 3.000 inmuebles están ubicados en la zona roja, valorados en 840 millones de dólares. Datos: Clima Central

Los sótanos de las casas se pueden inundar. Mueva la infraestructura eléctrica y de gas a un piso más alto.

Esto sería una proyección de cómo Boston Harbor Hotel podría verse en unos 30 años. Fuente: Climate Central.

..O Back Bay. Proyección de Climate Central.
Remitámonos a los datos. La Alcaldía de Boston comisionó un estudio llamado Climate Ready Boston, que fue hecho por Boston Research Advisory Group (BRAG), un grupo que reúne a los científicos más destacados de la región especializados en clima.
Este estudio dio a conocer proyecciones sobre cómo cambiará el clima de Boston en el curso del siglo 21 y llegó a las siguientes conclusiones:
-Los veranos bostonianos serán cada vez más calientes, con más días de calor extremo. Las temperaturas en el noreste de Estados Unidos han estado incrementándose poco a poco por más de un siglo. Entre 1895 y 2011, subieron alrededor de 2 grados Fahrenheit. Pero en los próximos años, se espera que suban más de 10 grados. Con esta tendencia, para el año 2070 se proyecta que habrá temperaturas de más de 90 grados casi todos los días del verano.
-Boston es más caliente que otras zonas suburbanas, por tener más concreto, acero y otros materiales de construcción que retienen el calor.
-Cientos de casas podrían quedar bajo el agua. El nivel del mar en Boston Harbor se ha elevado en un promedio de 0.11 pulgadas por año. Para 2050, se espera que suba entre 8 y 18 pulgadas más. O incluso, en el peor de los escenarios, podría subir 30 pulgadas. Y para 2100, la proyección de entre 2.5 y 7.4 pies.
-Las tormentas serán más intensas y más frecuentes. Entre 1958 y 2010 hubo un incremento de 70% en la cantidad de precipitación que cayó, y se espera que esta tendencia continúe.
-A pesar de que los inviernos serán más calientes, el riesgo de heladas y daños por congelación se incrementará.
El estudio también concluye que algunos de los efectos van a venir mas pronto de lo esperado, acelerando la urgencia de un plan de acción.
East Boston está en peligro
El vecindario de East Boston es una zona de alto riesgo de inundaciones por su cercanía al nivel del mar. Pero además, sabemos que las poblaciones donde hay una gran proporción de residentes pertenecientes a minorías étnicas, como es el caso de este barrio, son aún más vulnerables a las consecuencias de catástrofes naturales.
De acuerdo con datos de Climate Central, una organización sin fines de lucro que se encarga de investigar y reportar científicamente los fenómenos asociados al cambio climático, hay 7300 personas en East Boston que están en riesgo de padecer los embates de inundaciones y tormentas, de las cuales 3975 son inmigrantes hispanos. Junto a las personas, hay unas 3000 propiedades ubicadas en la zona roja, valoradas en 840 millones de dólares.
Los puntos más críticos en riesgo de inundación en East Boston son la zona donde Greenway se conecta con el Waterfront, y alrededor de las estaciones de Orient Heights y Wood Island. “Las personas que viven allí deben saber que están en la zona de riesgo y comprar un seguro para inundaciones”, recomienda Mia Goldwasser, gerente de preparación climática en la oficina de ambiente y energía de la Alcaldía de Boston.
Goldwasser explica que la Alcaldía ha recibido un aporte económico de la Oficina de Gestión de Zonas Costeras de Massachusetts, y que estarán trabajando durante todo el año que viene en un programa para estudiar las áreas de alto riesgo en East Boston y evaluar como podría mitigarse el impacto de una probable subida de los niveles del mar en esas zonas puntuales.
La organización sin fines de lucro Neighborhood Of Affordable Housing (NOAH) está haciendo un gran trabajo en educar a la población local de East Boston sobre el tema, y tienen un programa piloto de concienciación de la comunidad.
“Es importante destacar que, independientemente del cambio climático, en cualquier momento nuestro vecindario puede ser impactado por una tormenta severa, y tenemos que estar preparados para ello”, dice Phillip Giffee, director ejecutivo de NOAH. “Si una tormenta como Sandy, que ocurrió hace unos años en Nueva York, viniera a Boston, vamos a ver inundaciones en el área de Central Square, en el Greenway, al norte y sur del Waterfront, en el aeropuerto, en la estación del metro del aeropuerto…todas estas zonas están sujetas a los efectos de una tormenta grande, que puede ocurrir en el presente”.
Para Giffee, uno de los grandes problemas que hay en el vecindario es que muchas casas tienen sus sistemas de calefacción y electricidad en el sótano. “Hay que buscar maneras económicas de mover estos sistemas a otras plantas más arriba, de manera que si hay alguna eventualidad, es posible regresar a vivir allí”.
Otro problema de East Boston es que no hay suficientes árboles. La vegetación ayuda a reducir el calor, purifica el aire y sirve como una capa protectora ante las primeras pulgadas de precipitaciones. “Estamos creando programas para plantar árboles en el vecindario, e invitamos a la comunidad a participar”, invita Magdalena Ayed, organizadora comunitaria de NOAH.
¿Por qué está cambiando nuestro clima?
De acuerdo con el estudio Climate Ready Boston, la causa principal del calentamiento global de la ciudad -y del mundo- es el aumento de gases de efecto invernadero que resultan de las actividades humanas como la quema de combustibles fósiles (carbón, gasolina, gas natural y petróleo) y la deforestación.
Los gases de invernadero, son gases que por sus propiedades químicas tienen la capacidad de retener o reflejar un alto porcentaje de la radiación solar que rebota al chocar con la tierra, con lo cual esta radiación comienza a elevar la temperatura atmosférica. A medida que estos gases aumentan, también se incrementan proporcionalmente los riesgos de aumento del nivel del mar, calor extremo y precipitaciones.
Por esta razón, los efectos de largo plazo del cambio climático dependen mucho del éxito que tengamos en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global. “Es importante entender que las acciones que hagamos ahora tendrán un impacto enorme en nuestro clima más adelante en este siglo”, asegura Paul Kirshen, profesor de adaptación climática en UMass Boston, quien es coautor del estudio Climate Ready Boston. “Nuestras escogencias en cuanto a transporte, energía y uso de la tierra van a determinar el nivel de gases de efecto invernadero en la atmósfera”.
El Alcalde de Boston, Martin Walsh, ha explicado que la ciudad de Boston tiene como prioridad la justicia ambiental y mitigar los riesgos de un desplazamiento debido al cambio climático. Recientemente, el 8 de diciembre, presentaron una nueva edición del informe que señala 11 estrategias para reducir la vulnerabilidad de la ciudad ante los cambios ambientales. Entre estas estrategias está mantener proyecciones actualizadas sobre futuras condiciones climáticas, educar y comprometer a los bostonianos en este tema, crear un sistema de protección costero para proteger a Boston de inundaciones, adaptar la infraestructura de los edificios, promover la descentralización en la ciudad, promover el uso de energía ecológica y asegurar los edificios contra inundaciones, entre otras.
Si los gobiernos del mundo acceden a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero totales (reducción drástica en los países de ingreso alto), pueden evitarse daños graves o una devastación a escala mundial. Pero, a escala local, comunitaria e individual también hay cosas que se pueden hacer.
¿Qué podemos hacer nosotros?
Es fundamental que dejemos de ver el tema de adaptación al cambio climático como algo lejano y pasemos a convertirlo en una oportunidad para fortalecer y dar sustentabilidad a nuestras comunidades ahora. Estas son algunas acciones que podemos tomar:
-Identifique si usted vive en una zona de alto riesgo. Revise los mapas disponibles en el website climateready.boston.gov.
-Si está ubicado en una zona de riesgo, considere adquirir un seguro de inundaciones.
-Elabore un plan de contingencia con sus familiares o vecinos, en el que cada quien sepa qué hacer en caso de que ocurra un desastre natural, y se discuta un punto de encuentro, un lugar para los objetos de valor, se prepare un kit de emergencia y estrategias para estar a salvo.
-Si el sistema de calefacción o electricidad de su casa está en el sótano, planifique una manera de subirlo a otro piso más elevado, o si usted alquila, converse con el arrendador sobre esta posibilidad.
-Involúcrese con las actividades comunitarias relacionadas con educar a la población sobre este tema. Comuníquese con la NOAH (Neighborhood of Affordable Housing) y ofrézcase como voluntario o pida más información.
-Apoye iniciativas de plantación de árboles en su vecindario.
-Hable con sus vecinos sobre este problema. Hágales ver que es importante.
-Disminuya el uso y abuso del automóvil. Camine más, use la bicicleta o haga un pool con otros vecinos.
-Cambie los bombillos incandescentes a ahorradores. Aunque son más caros, los LED son más ecológicos y ahorran energía.
-Aísle bien los hogares para que no entre el frío o el calor por las rendijas de las ventanas. Esto puede ayudarle a reducir el gasto energético hasta en un 20%.
-Compre productos de enfriamiento, calentamiento, y otros aparatos electrónicos que utilicen la energía de manera eficiente.
-Aplique las tres R’s: reducir, reutilizar y reciclar. Trate de disminuir la producción de basura. Compre lo que pueda comer, sírvase porciones que pueda terminar, coma lo que ha guardado en el refrigerador antes que se dañe, etc. Si puede, considere hacer un compost en su patio. Al comprar escoja productos orgánicos y de empresas responsables y productos que utilicen menos empaques.
-No use bolsas plásticas ni pitillos o sorbetes para beber.
-Haga uso eficiente del agua en el hogar. Duchas cortas, uso esporádico de la bañera, métodos eficientes de lavado de platos, cierre el agua mientras se lavas los dientes y afeita. Repare fugas de agua lo antes posible. Utilice grifos de baños, duchas y cocina que sean ahorradores.
Esta es nuestra realidad, nuestro presente. Pero nuestro futuro aún no está escrito y lo podemos cambiar. Solo se requiere el compromiso y la movilización de los diferentes actores del sector público, privado y sociedad civil, fortaleciendo y asumiendo sus responsabilidades para poder, juntos, alargar la vida de nuestro planeta.