Vivian Ortiz es una activista de origen puertorriqueño y ciclista latina que se enamoró del ciclismo en la ciudad casi a los 50 años y desde entonces no usa otro medio de transporte para realizar sus diligencias. Fue justamente cuando llegó a Boston que sintió la necesidad de no manejar más y tomar la bicicleta. Todo comenzó gracias a un curso de ciclismo para mujeres que realizó en un programa organizado por la ciudad de Boston. Este hecho marcó su vida y ahora ella es una de las instructoras en ese curso.
Vivian considera que la comunidad ciclista tiene que lograr una mayor diversidad. “Yo soy una persona gordita, de 50 años, y cada vez que me montó en el bus con mi bicicleta veo las expresiones de la gente y sé que están pensando que no tiene sentido que una persona como yo use bicicleta. En esos momentos, yo siempre les pregunto si usan bici y se sorprenden. Generalmente, responden que tienen una, pero no la usan, y yo les pido que las saquen», contó la activista. «Así voy reclutando gente, el trabajo lo tenemos que hacer nosotros para hacer llegar la información sobre el uso de la bicicleta».
Para Vivian es preocupante la falta de infraestructura segura para los ciclistas en la ciudad de Boston y esa es la razón por la que se convirtió activista. “En Mattapan, la zona en la que vivo, no hay buenas calles para usar la bicicleta, pero mis vecinos tampoco quieren que se realicen cambios”, dijo. Hace poco falleció un ciclista en Mattapan justamente en una calle en la que las autoridades tienen planes de hacer ajustes de seguridad vial.
La ciclista cree que la distancia hacia este medio de transporte es cultural. “Muchos creen que la bici es para niños o para gente pobre y no es así, este es un medio inteligente y beneficioso en muchos sentidos”, dijo. Vivían tiene esperanza de que luego de la pandemia la comunidad de Boston se acerque más a este medio de transporte.