En Marzo del 2020, muchos colegios tuvieron que tomar la decisión de tomar clases online debido a la amenaza de salud que representó la llegada de la pandemia de COVID-19, y esta decisión fue un cambio de 360 grados para profesores y estudiantes.
Para Francisco de la Rosa, un profesor de Humanidades en Español de grado noveno en la Academia Margarita Muñiz desde hace siete años, la transición fue tediosa. “En lo personal, lo más difícil ha sido permanecer en casa todo el día y al mismo tiempo intentar ser un profesor efectivo con mis estudiantes. El tedio de estar en casa todo el día, sumado a las dificultades domésticas de tener dos hijos en edad escolar que toman clases mientras yo enseño, han hecho que este año sea, por lejos, el más frustrante de mi carrera como educador”,contó el profesor, quien lleva 20 años en Boston desde que se mudó de Argentina.
Tanto él como los estudiantes han mejorado sus habilidades tecnologicas para poder tomar clases en línea en zoom, Google Classroom y demás plataformas existentes. Sin embargo, afirma que la interacción humana no ha podido evolucionar. “ Pienso que la falta del proceso de socialización que brinda el salón de clases presencial no puede ser reemplazado por la enseñanza remota. La colaboración entre pares y la sana competencia que ocurren en un aula regular son mínimas en la pantalla de una computadora”, dijo.
Para el profesor, el plan propuesto por Boston Public School es ineficiente. “En virtud de este plan, los profesores deberían enseñar de manera presencial a un grupo reducido de estudiantes, mientras que de manera simultánea también estarían dando la misma clase a otro grupo de alumnos de forma virtual en sus computadoras. Todo esto se haría utilizando una máscara que impide hablar con fluidez, con distanciamiento social dentro de salones muchas veces demasiado pequeños para ello, y además con las ventanas abiertas durante el invierno de Nueva Inglaterra. No culpo a la administración de BPS por su falta de criterio al proponer este plan ridículo, porque pienso que fue elaborado con las mejores intenciones. Pero su confusión a la hora de proponerlo es un claro síntoma de que este país necesita ya de un liderazgo político serio y que elabore sus políticas educativas con bases científicas y sistemas realistas”, aseguró.
Finalmente, el educador comenta que los más afectados en esta historia han sido los estudiantes. “A las desventajas de no contar con sus pares para colaborar o competir de manera presencial, se suman los diversos problemas que cada uno pueda tener a nivel personal y sobre los cuales hay muy poco que podamos hacer de manera efectiva para ayudarlos. Detectar el nivel a que cada estudiante se encuentra en las diferentes áreas de conocimiento es un tarea que toma 3 o 4 veces más tiempo y esfuerzo que en una situación educativa normal. Por lo tanto, implementar estrategias de apoyo académico, social y/o emocional se hace dificultoso, lento y poco eficiente. Y si un alumno tiene necesidades especiales, la tarea es aún más difícil”, contó. “Por otro lado, tenemos que considerar que un número significativo de nuestros estudiantes tiene situaciones familiares difíciles. Muchos de ellos cuentan con un solo adulto responsable por ellos en su hogar. Esto quiere decir que ese adulto se encuentra usualmente abrumado por las exigencies económicas que implica su circunstancia. Ellos deben salir a trabajar fuera del hogar por largas y agotadoras jornadas laborales. Al hacer esto, los niños pagan un precio doble: por un lado, no tiene supervisión y apoyo de sus padres para enfocarse en sus estudios, ya que muchas veces deben reemplazar a los adultos en las tareas domésticas y el cuidado de hermanos menores. Por otro lado, están expuestos a los riesgos de contagio de COVID19, ya que sus padres en numerosas ocasiones lo contraen en sus sitios de trabajo y lo llevan a su casa. Prácticamente cada día nos enteramos de un nuevo caso de una familia de nuestra escuela cuyos miembros están contagiados con el Coronavirus”.
Las familias latinas han sido gravemente afectadas por la pandemia del COVID-19 y el profesor ha visto de primera mano, cómo estas familias están situaciones financieras muy difíciles que afectan los estudios de los hijos. “Tengo varios alumnos que no tienen acceso al Internet en sus hogares. Otros niños comparten su vivienda con múltiples miembros de sus familias y no tienen espacio físico o tiempo para tomar clases en línea. Otros alumnos deben cuidar a familiares enfermos o niños pequeños, cocinar, limpiar, hacer compras y hasta realizar los trámites inmobiliarios, pagos de impuestos, hacer llamadas telefónicas, etc. A veces deben esas tareas propias de los adultos, ya que, en numerosas ocasiones, son los únicos que hablan inglés en su hogar. Sé que muchos estan concientes de lo que pasan las clases sociales menos favorecidas durante la pandemia. Pero una cosa es verlo por televisión y otra muy distinta es presenciar sus desgracias directamente. Te rompe en corazón y te hace explotar el cerebro, figurativamente”.
Sin embargo, los numeros de estudiantes inscrito no han disminuido. “Pienso que en términos de números, la cantidad de estudiantes es más o menos la misma que en otros años académicos. Lo que ha bajado notoriamente es el rendimiento escolar de los alumnos, por todos los desafíos descriptos anteriormente”, dijo. “La pandemia no ha hecho más que desnudar y profundizar aún más las diferencias entre ciudadanos privilegiados y los que no los son. Los ricos y la clase media han contado, en mayor o menor medida, con las herramientas necesarias para subsistir durante la pandemia”.
Ante los rumores sobre un posible regreso a clases presenciales en febrero o marzo, el profesor no está seguro cómo se logrará semejante proeza considerando los números de fallecidos por coronavirus que el estado está reportando. “Responsabilizo en gran medida al saliente gobierno republicano por el tratamiento irresponsable de la pandemia, que ha dado como resultado un número de personas muertas y contagiadas muchísimo mayor de lo que podría haber sido si hubiéramos tenido un presidente que fuera un adulto funcional. Creo que la historia juzgará a su administración como una peste dentro de la pandemia”, dijo. “Ahora tenemos una vacuna contra el virus y un gobierno entrante que parece estar determinado a resolver la crisis sanitaria como prioridad. Esperemos que sea así, por el bien de nuestros niños y niñas, que son sin dudas las víctimas indefensas en este oscuro escenario nacional”.