A medida que termina el año escolar y se acerca el verano, comienza con fuerza una campaña de persuasión para convencer a las familias de que elijan el aprendizaje en persona para este otoño.
En Florida, el superintendente del distrito más grande del estado está tocando puertas para hablar sobre los beneficios de la educación en persona. En Topeka, Kansas, los funcionarios escolares visitan los vecindarios que albergan clínicas de vacunación móviles, donde administran vacunas junto con recordatorios sobre la efectividad de la escolarización en persona. Mientras tanto, en Virginia una directora visitó las casas de 50 de sus estudiantes remotos para calmar sus temores sobre volver a las aulas el próximo semestre.
En el Distrito Escolar Independiente de San Antonio, el superintendente Pedro Martínez ha enviado durante semanas a todos los miembros disponibles de su personal, desde trabajadores sociales hasta personal de la oficina central, para conversar con aproximadamente 20% de las familias que indicaron que les gustaría mantener las clases virtuales el próximo año escolar.
San Antonio ofrecerá aprendizaje remoto en el año escolar 2020-2021, a diferencia de algunos estados y distritos que están abandonando esa opción por completo. Pero Martínez espera poder convencer a la mayoría de las familias para que envíen a los niños al colegio.
El esfuerzo, que se ha extendido incluso durante las tardes y los fines de semana, es agotador, según indican los funcionarios.
“Mis maestros están cansados, simplemente no hay duda al respecto”, dijo Martínez. Pidió a su personal que descanse durante la segunda quincena de junio, con el fin de que puedan recuperarse antes del inicio de la escuela de verano a mediados de julio.
Martínez ve la programación de verano, dirigida a los estudiantes que más han tenido dificultades, como una de las mejores oportunidades que le quedan para atraer a las familias reacias.
Los distritos escolares de todo el país han prometido que ofrecerán cinco días a la semana de aprendizaje en persona el próximo año, lo que representa un regreso a la esperada normalidad. Han pasado meses desarrollando pautas detalladas para que los estudiantes y maestros puedan volver a ingresar a los edificios escolares de manera segura en el otoño, a la máxima capacidad.
Muchos distritos también recuperaron una gran parte de su cuerpo estudiantil en el transcurso del semestre. A nivel nacional, el porcentaje de estudiantes de cuarto y octavo grado que aprenden solo en línea se redujo a alrededor de 25% en abril, por debajo del máximo de aproximadamente 50% registrado en enero, según muestran los datos federales.
Pero la resistencia al aprendizaje en persona es difícil de erradicar, aseguran los funcionarios escolares, especialmente en los hogares de bajos ingresos y entre las familias de color, que han sido desproporcionadamente devastadas por la pandemia. Para algunos, la muerte de un padre o el desempleo repentino obligó a los estudiantes a aceptar trabajos que no pueden renunciar ni equilibrar con un horario escolar regular.
En otros hogares, los padres temen por los niños o miembros de la familia inmunodeprimidos. También existe un miedo generalizado y continuo al COVID-19, ya que las vacunas siguen sin estar disponibles para los más pequeños.
Alberto M. Carvalho, superintendente de las Escuelas Públicas del Condado de Miami-Dade, recordó que en décadas anteriores las puertas de las instituciones se abrían y esperaban la llegada de los estudiantes, pero ahora es lo contrario.
Está claro que la pandemia ralentizó el progreso académico en todos los ámbitos y amplió las brechas de equidad existentes en la educación. Líderes escolares y defensores de la educación consideran que el aprendizaje en persona es la mejor manera de comenzar a compensar algunas de estas discrepancias.
Fuente: Hannah Natanson/The Washington Post.
Traducción libre del inglés.