Un estudio publicado en The Lancet determinó con combinar las vacunas contra la pandemia del COVID-19 desarrolladas por Pfizer y AstraZeneca podría generar «fuertes respuestas» de inmunidad en las personas; sin embargo, advirtió que también podría causar una mayor tasa de efectos adversos leves.
Para llegar a su conclusión, investigadores de la Universidad de Oxford elaboraron un ensayo con 830 personas con una edad promedio de 57.8 años. No hubo un orden particular en la aplicación de las vacunas de Pfizer y AstraZeneca y la diferencia entre una y otra fue de cuatro semanas.
“Ambos esquemas mixtos inducen una respuesta inmune por encima del umbral establecido por el esquema estándar de la vacuna AstraZeneca”, manifestó Matthew Snape, quien figuró como uno de los autores del trabajo.
Pese a los resultados positivos, la investigación arrojó mayor incidencia en los efectos adversos: “Observamos un aumento de la reactogenicidad sistémica en los pacientes que recibieron la pauta heteróloga”, señaló el estudio, el cual aclaró que fue leve.
Variante delta
Las nuevas restricciones a los viajes y la vida cotidiana se extendieron desde Australia y Bangladesh hasta Sudáfrica y Alemania, donde las autoridades establecieron durante el fin de semana nuevos límites a los viajeros de «zonas con variantes del virus» como Portugal y Rusia.
Sudáfrica extendió el domingo un toque de queda nocturno e introdujo una prohibición de reuniones, venta de alcohol, cenas en interiores y algunos viajes nacionales durante 14 días para detener un aumento preocupante en los casos impulsados por la variante delta, dijo el presidente Cyril Ramaphosa. En Bangladesh, el gobierno señaló un aumento «peligroso y alarmante» de las infecciones relacionadas con el delta y detuvo todo el transporte público a partir del lunes, lo que provocó que miles de trabajadores migrantes huyeran de la capital, Dhaka, antes de que se aplicaran las restricciones.
Los expertos en salud han advertido que la variante delta, que se identificó por primera vez en India, está en camino de convertirse en la versión más dominante del coronavirus en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud dijo la semana pasada que se ha detectado en al menos 92 países.