Una nota de Axios reportó esta semana, con información de expertos, sobre la posibilidad de que miles de millones de dólares se hayan fugado provenientes de fondos de los subsidios por desempleo, solicitados de forma fraudulenta.
Blake Hall, director ejecutivo de ID.me, un servicio que busca evitar fraudes, calculó que Estados Unidos ha podido perder hasta $400 mil millones en solicitudes fraudulentas. La cifra representa aproximadamente la mitad de los fondos destinados a ese beneficio durante 2020.
“A medida que el país se acerca al billón de dólares en beneficios de desempleo pagados, una tasa de fraude de más de 50% que es constante en todos los estados es realmente asombrosa”, reportó Blake Hall.
De acuerdo con el medio, la mayor parte del efectivo pudo terminar en el extranjero, en manos de criminales. Trascendió que cuando comenzó la pandemia las autoridades priorizaron aprobar rápidamente los fondos a los necesitados antes que verificar los casos.
Las solicitudes de beneficios por desempleo llegaron a abrumar los servicios estatales después de los cierres por la pandemia, pues no estaban listos para recibir la cantidad de peticiones en poco tiempo.
¿Cómo operan?
En general, los estafadores fueron miembros de pandillas callejeras, quienes robaron información personal de otros residentes y la usaron para hacerse pasar por ellos y solicitar el beneficio. Otros exigieron directamente a las víctimas su información.
Los criminales de bajo nivel, conocidos como “mulas”, son los encargados de extraer el dinero de cajeros automáticos con tarjetas de débito, para luego enviarlos al extranjero en forma de criptomonedas.
De acuerdo con el director ejecutivo de LexisNexis Risk Solutions, Haywood Talcove, aproximadamente 70% del dinero robado salió del país hacia destinos como China, Nigeria, Rusia, entre otros.
El Departamento del Tesoro no se pronunció de inmediato sobre el hecho.