El grupo de economías avanzadas del G-7 anunció un acuerdo que podría reformar las obligaciones fiscales de las empresas multinacionales de todo el mundo.
El acuerdo alcanzado en la reunión del G-7 en Londres el sábado por Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y los EEUU es un gran avance para los esfuerzos de la administración Biden por promulgar un piso sobre los impuestos pagados por las corporaciones en todo el mundo.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha insistido en que Estados Unidos necesita trabajar con otros países para evitar que las empresas que buscan obligaciones tributarias más bajas simplemente se muden a otra parte. Las tasas de impuestos corporativos en todo el mundo han caído drásticamente durante las últimas cuatro décadas.
“Los Ministros de Finanzas del G-7 han asumido un compromiso significativo y sin precedentes hoy que brinda un tremendo impulso para lograr un impuesto mínimo global sólido a una tasa de al menos el 15%”, dijo Yellen, quien dirigió las negociaciones en nombre de los Estados Unidos en una declaración.
«Ese impuesto mínimo global pondría fin a la carrera a la baja en los impuestos corporativos y garantizaría la equidad para la clase media y los trabajadores en los EEUU y en todo el mundo».
En declaraciones al cierre de la reunión, Yellen dijo a los periodistas que el acuerdo representaba el resurgimiento de la cooperación multilateral después de años de tensión bajo la presidencia de Trump.
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Detalles del acuerdo
Según el acuerdo, se espera que EEUU renuncie a algunos derechos impositivos sobre las ganancias en el extranjero de los gigantes tecnológicos con sede en EEUU.
El acuerdo permite a los países gravar el 20% de las ganancias de “las empresas multinacionales más grandes y rentables” que tienen márgenes de ganancia de al menos el 10%.
Si bien el acuerdo no nombra explícitamente a las empresas de tecnología, la línea es un guiño al impulso de los países europeos para imponer impuestos a las operaciones en sus países de empresas como Apple y Amazon, que tienen su sede en los EEUU, pero obtienen importantes ingresos en el extranjero. Los europeos insisten en que es injusto que los gigantes de Internet recauden ingresos en sus países sin pagar más impuestos.
Estados Unidos se opuso a señalar a las empresas de tecnología en el acuerdo. Yellen dijo que, como compromiso, los ministros de finanzas del G-7 acordaron aplicar el cambio a un conjunto más amplio de firmas multinacionales que las firmas de tecnología “calificarían por [bajo] cualquier definición”. El acuerdo no define qué empresas se verían afectadas. Ese pacto se moverá en conjunto con el acuerdo de un impuesto mínimo global.
The Washington Post. Traducción libre por El Tiempo Latino