WASHINGTON.— La vicepresidenta Kamala Harris y el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador repasaron este viernes la crisis migratoria en la frontera sur y otros retos bilaterales, poco después de que AMLO acusara de “intervencionismo” a la Administración Biden.
Harris y AMLO realizaron su primer encuentro virtual en unos momentos en que el incesante flujo de migrantes indocumentados en la frontera sur surge como uno de los puntos de tensión en la agenda bilateral.
“México es nuestro vecino más cercano… nuestros países enfrentan serios retos. Juntos podemos tener avances”, dijo Harris al inicio de la reunión a puerta cerrada, en la que calificó la alianza de EEUU con México como una de las más importantes en estos momentos.
Por su parte, con la ayuda de un intérprete, AMLO pidió que ambos países logren un mejor entendimiento “y evitar pleitos”.
Las declaraciones públicas a la prensa antes del encuentro privado de una hora reflejaron hasta cierto punto las tensas relaciones entre la Administración Biden y el gobierno de AMLO. La prensa mexicana no tuvo acceso al encuentro ni en Washington ni en la Ciudad de México.
Ambos ya habían sostenido una conversación telefónica hace exactamente un mes, y se prevé un encuentro en persona entre ambos el mes próximo, aunque Harris no precisó fecha.
La principal asesora de Harris, Symone Sanders, dijo en una declaración escrita que durante el encuentro Harris y AMLO “subrayaron la alianza importante entre nuestros países y reconocieron la necesidad de trabajar juntos para recuperarse de la pandemia del COVID-19, construir una resiliencia climática” y expandir tanto la oportunidad económica como la cooperación en materia de seguridad.
Ambos acordaron trabajar para responder de manera estratégica las causas de la emigración ilegal de los países del “Triángulo del Norte”, incluyendo la carencia de empleos, un acceso limitado al mercado internacional, así como la deforestación y la inestabilidad regional causadas por el cambio climático.
El encuentro sirvió para reforzar el compromiso bilateral para combatir el contrabando humano a través de la cooperación policial y el intercambio de información para “desmantelar las redes criminales” y resguardar la seguridad fronteriza, indicó Sanders.
“Intervencionismo” de EEUU
Luego de la videoconferencia, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, dijo en Twitter que el diálogo fue “muy cordial basado en coincidencias de fondo”, y que Estados Unidos y México están “construyendo una relación estrecha cimentada en confianza y respeto”.
Sin embargo, poco antes de su encuentro con Harris, AMLO acusó al gobierno de EEUU de “intervencionismo”, al referirse a la presunta financiación del gobierno de Washington a un grupo anti-corrupción en México.
“Un gobierno extranjero no puede dar dinero a grupos políticos en otro país. Nuestra constitución lo prohíbe”, afirmó el presidente mexicano durante su acostumbrada rueda de prensa “mañanera”.
El mandatario mostró documentos financieros que presuntamente demuestran pagos que hizo el gobierno de EEUU al grupo Mexicanos Unidos en Contra de la Corrupción e Impunidad (MCCI), y precisó que Ebrard presentó ayer una queja oficial ante las autoridades estadounidenses al respecto.
La Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional ha dado su respaldo al MCCI, un grupo no gubernamental abocado a la lucha contra la corrupción en México. Sin embargo, AMLO acusa a ese grupo de estar planeando un golpe contra su gobierno.
Pese a la gravedad de sus acusaciones, AMLO dijo que no abordaría el asunto del MCCI durante su encuentro con Harris.
Consultadas por El Tiempo Latino, ni la Casa Blanca ni la oficina de Harris quisieron hacer comentarios sobre las acusaciones de AMLO.
En las últimas semanas, varios exfuncionarios estadounidenses han lanzado duras críticas contra AMLO y su gestión de la lucha contra la corrupción y los carteles de la droga.
El pasado 28 de abril, por ejemplo, el exembajador de EEUU en México, Chris Landau, afirmó que, a su juicio, AMLO “ha adoptado una actitud pasiva hacia los carteles de la droga, permitiéndoles actuar con impunidad, al considerar que se trata de una confrontación imposible de ganar”.
Si bien esa actitud resulta problemática para el gobierno de Biden también lo es en México, donde se calcula que los carteles controlan entre el 35% y el 40% del territorio mexicano, según dijo Landau durante una mesa redonda organizada y emitida en internet por el Concejo de Embajadores Estadounidenses.
Te puede interesar: Kamala Harris aboga por trabajar con México para disminuir crisis migratoria del Triángulo Norte
Las prioridades de AMLO
En declaraciones a El Tiempo Latino, Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, un prominente centro de estudios políticos en Washington, afirmó que la prioridad principal de López Obrador es hacer todo lo posible por lograr “una aplastante victoria” en las elecciones clave del próximo 6 de junio.
“Para generar un máximo apoyo doméstico, él querrá parecer fuerte, que significa hacer frente a Estados Unidos. AMLO se sintió cómodo con las relaciones con EEUU bajo (el expresidente Donald) Trump, quien ignoró el historial del gobierno mexicano en cuanto a derechos humanos, corrupción y seguridad”, explicó Shifter.
A cambio de eso, continuó el experto, AMLO prácticamente hizo todo lo que le pidió Trump en muchos frentes.
La Administración Biden ha generado malestar en el gobierno de AMLO por presionar por más resultados en la lucha anti-corrupción y, según Shifter, lo más probable es que avance con cautela porque a Washington le conviene más tener la cooperación de México en materia migratoria.
Según el analista del Diálogo Interamericano, el reto de Harris es conducir la situación actual con México simultáneamente “con firmeza y delicadeza”, tomando en cuenta la continua popularidad de AMLO y la aparente determinación de éste de “consolidar el poder” aunque eso implique recurrir al nacionalismo y a desafiar a EEUU”.
Así las cosas, los asuntos domésticos están dominando la relación bilateral en ambos lados de la frontera. De cara a los comicios legislativos en EEUU el próximo año, la Administración Biden y los demócratas necesitarán la cooperación de México para demostrar mejoras en la crisis migratoria en la frontera sur, subrayó el analista del Diálogo Interamericano.
El reto de frenar la emigración ilegal
Es que, en la actualidad, las encuestas demuestran que el asunto migratorio es un flanco débil de la Administración Biden, y el Congreso no da señales de avance hacia una reforma migratoria como la que prometió Biden durante la contienda presidencial.
Desde que asumió la tarea de liderar la respuesta a la crisis migratoria en la frontera en marzo pasado, Harris ha sostenido reuniones con líderes de Guatemala, El Salvador y Honduras para cortar de raíz la emigración ilegal, sin duda abonada por la violencia, la pobreza y las secuelas climáticas en la región.
La Administración Biden repite su mensaje a los migrantes centroamericanos a que no hagan el peligroso trayecto a EEUU, a la vez que Harris procura una respuesta coordinada a la crisis con el apoyo de la comunidad internacional.
Biden ha acusado a la Administración Trump de no cooperar ni compartir información clave sobre la situación en la frontera.
En el encuentro virtual de hoy participaron miembros de alto rango de ambos gobiernos, incluyendo, de la parte estadounidense, a Juan González, asistente especial de Biden y director sénior para asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional (NSC, por su sigla en inglés), la asesora sénior para asuntos migratorios del NSC, Amy Pope, y el embajador interino de EEUU en México, John Creamer.
La delegación mexicana, por su parte, incluyó al canciller Ebrard; el embajador de México ante la Casa Blanca, Moctezuma Barragán; el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño Yáñez, y el Director General para América del Norte de la cancillería, Roberto Velasco Álvarez, entre otros funcionarios de alto nivel.