Sentado en una silla y con los pies sobre los documentos que reposaban sobre el escritorio de la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, fue fotografiado Richard Barnett, un hombre de 60 años que participó en el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero.
El manifestante que más tarde fue arrestado, saldrá de prisión, luego de permanecer durante casi cuatro meses bajo custodia del gobierno.
El juez federal que llevaba su caso dictaminó que Barnett no representa un peligro para la sociedad por lo que considera que no hay motivos que justifiquen su detención preventiva, pese a que este dejó a la representante demócrata una nota amenazante y robó parte de su correo.
La detención de Barnett fue una de las primeras que se realizó tras el asalto al Capitolio. Aunque el juez Christopher Cooper permitió su libertad, los fiscales que llevaron su caso detallaron que el alborotador se enfrentó a la policía del Congreso dentro del edificio, acosó a la multitud con un cuerno de toro y celebró la insurrección durante entrevistas de las cadenas televisivas que cubrieron el hecho.
No obstante, el juez catalogó sus acciones, y el asalto en general, como un evento «mortalmente grave». «El 6 de enero fue un esfuerzo criminal para socavar uno de los pilares esenciales de nuestra democracia», dijo Cooper y a alegeó que lamentaba que haya sido perpetrado por «personas que fueron vendidas y compraron voluntariamente una factura de que la elección fue robada».
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Anteriormente, un juez federal en Arkansas había aprobado su liberación preventiva al confinamiento domiciliario, «pero el juez principal de la Corte de Distrito en Washington, Beryl Howell, detuvo y más tarde anuló la orden de liberación del manifestante. Howell encontró que no había condiciones de liberación que pudieran proteger adecuadamente a la comunidad de Barnett», reseñó POLITICO.
«Su comportamiento titulado que exhibió en videos y fotografías cuando estaba dentro del Capitolio muestra un total desprecio por la ley, un total desprecio por la Constitución de Estados Unidos. Esta violencia interrumpió una función constitucional del Congreso», dijo Howell.
El juez Cooper informó que una decisión que surgió recientemente de la corte de apelaciones recrudeció los criterios para la detención preventiva en los casos del 6 de enero por lo que no podía mantener a Barnett tras las rejas. «No es suficiente que el acusado haya participado en los eventos del 6 de enero».
Pese a que el juez aseguró que hay indicios de que el manifestante es seguidor de la teoría de la conspiración de QAnon, no se encontró razón «concreta» para considerar a Barnett más peligroso que otras de las personas que actuaron aquel día.