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Editorial | Elecciones en Ecuador: otro referéndum al populismo

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COMICIOS. Jurados de votación durante el conteo de votos tras las Elecciones Generales 2021, en el centro de votación Colegio Manuela Cañizarez, en Quito. | Foto: EFE/Santiago Fernández.
Ana Julia Jatar, miembro de la Junta Editorial y directiva de El Tiempo Latino.

Ecuador tuvo elecciones presidenciales el pasado domingo en lo que se consideraba un referéndum al populismo de Rafael Correa y su candidato. Ambos perdieron.

Así fue. El economista Andrés Arauz, candidato de Unión por la Esperanza (UNES), quien esperaba convertirse en el presidente más joven que ha tenido el país con sus 36 años, no logró recobrarle la presidencia al correismo y perdió las elecciones frente al exbanquero Guillermo Lasso de 65 años. Lasso, un “selfmade man” triunfador por sus propios esfuerzos, con orígenes en la clase media, lo que lo llevó a comenzar a trabajar con 15 años en la Bolsa de Valores de su ciudad, Guayaquil, prometió un país más tolerante y nuevas oportunidades económicas para todos. Esperamos que cumpla porque si no lo hace, el populismo ganará la próxima vez en su país. Lasso compitió el domingo pasado por tercera vez a la contienda presidencial con su movimiento político llamado Creando Oportunidades (CREO), luego de haber sido derrotado por Rafael Correa en el 2013 y por Moreno, el mandatario saliente, en 2017. Ganó esta vez para la sorpresa de muchos.

Esta semana también se realizaron elecciones en Perú, donde veremos la segunda vuelta el 6 de junio. Desafortunadamente las segundas vueltas no garantizan buenos resultados en espacios políticos tan fragmentados como los del Perú. Los dos candidatos con mayor cantidad de votos no llegan a alcanzar el 40% de los votantes. Es dramáticamente así, según datos de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) del Perú, para la primera vuelta, el candidato de Perú Libre, Pedro Castillo, logró solamente el 20% de los votos, seguido por Keiko Fujimori, de Fuerza Popular con el 14%. Es decir, ellos juntos, los dos candidatos mayoritarios solo llegan al 34 % y la verdad es que ninguna de las dos opciones son buenas noticias para el futuro del Perú. Y es que el populismo y el autoritarismo lo llevan ambos en sus intenciones.

Las elecciones en Ecuador, en cambio, sí son un mensaje esperanzador para la región. Ellas dejan claro que si bien la onda populista está de regreso, como ha sido el caso de Argentina, Bolivia y podría ser en Brasil y Colombia, esta puede perder cuando al electorado se le coloca a escoger frente al desastre que ha sido Venezuela. Millones de venezolanos exiliados en todo el continente son la mejor prueba del desastre populista inspirado y financiado por el régimen venezolano-cubano.

En Ecuador, a pesar de que cuando Correa era presidente tenía la economía de su lado y los precios de las materias primas, que tanto importan para los ingresos de su país, estaban altos, no logró convencer a la mayoría esta vez. Y es que Correa desperdició sus oportunidades como lo hizo Hugo Chávez y dejó al país en una situación de gran fragilidad económica.

Igualmente, los abusos a los derechos humanos de su gestión no jugaron a su favor. Todo esto unido al temor del ejemplo venezolano, muy físico y evidente para los votantes de Ecuador, donde hay más de medio millón de venezolanos inmigrantes que han huido de su país en busca de oportunidades y trabajo, se manifestaron en las urnas electorales el pasado domingo. Todo esto debió haber convencido a los ecuatorianos que el camino no es por ahí. No es por el camino de Correa ni del chavismo, sino una alternativa que valore las libertades y tolerancia.

El estilo totalitario de Correa acompañado por la corrupción que siempre viene con el autoritarismo lo terminó de hundir en las urnas electorales. Que el ejemplo de Ecuador nos sirva de lección al resto de América Latina y para los movimientos populistas que tratan de retomar el poder.

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