¿Pueden los multimillonarios comprar elecciones en Estados Unidos? Una respuesta corta sería sí, con las donaciones de grandes sumas de dinero a las campañas políticas mediante un esquema que evita la divulgación de la identidad del contribuyente: el fenómeno se conoce como dinero oscuro o “dark money” y ahora está sobre la mesa una propuesta de ley que podría ponerle fin.
Históricamente tanto republicanos como demócratas se han beneficiado del dinero oscuro, que no es popular en los debates políticos de la nación pero está tomando notoriedad por los cambios que traerá la For the People Act (Ley Para el Pueblo) o HR 1 y por una notable aceptación de los electores en que se conozca de dónde provienen estos fondos.
La propuesta de ley se plantea como una amenaza al fenómeno del dinero oscuro, dejando a los donantes anónimos, tanto nacionales como extranjeros, sin la posibilidad de ocultar quiénes son al momento de apoyar candidatos a presidentes, legisladores o hasta impulsar nominaciones judiciales.

La legislación establece identificar a los donantes que pagan por anuncios electorales y quienes envíen 10 mil dólares o más a estas organizaciones, que hasta ahora pueden reservarse los nombres de sus contribuyentes, en caso de que vayan a gastar para influir en campañas políticas.
El dinero oscuro proviene principalmente de organizaciones sin fines de lucro o que no tienen obligación de revelar quiénes son sus donantes; a su vez, estos grupos pueden destinar hasta cierto límite sus fondos a campañas o comités de acción política (conocidos como PAC). Como resultado, miles de millones de dólares han sido inyectados a los procesos electorales sin que se pueda rastrear su origen.
En cifras
El portal web OpenSecrets.org del Center for Responsive Politics, grupo que investiga y rastrea el dinero oscuro, informó que en las elecciones federales de 2020 se gastaron más de $1 mil millones por parte de organizaciones cuyos donantes no son identificados. De esa cifra, más de $654 millones provienen de solo 15 grupos.
En 2020 el gasto político de las elecciones alcanzó el récord de $14,4 mil millones, más del doble destinado a las campañas durante la contienda presidencial de 2016, de acuerdo con los datos analizados por el grupo.
El grupo que más gastó, según el Center for Responsive Politics, fue One Nation: una organización de bienestar social vinculada a McConnell con alrededor de $125 millones entre contribuciones políticas y anuncios.
Por su parte, el Senate Leadership Fund (Fondo de Liderazgo del Senado), un súper PAC también vinculado con McConell que comparte recursos con One Nation, obtuvo más de $85 millones de dinero oscuro.

Durante la última década los candidatos conservadores son quienes más fondos anónimos han recibido. Sin embargo, el año pasado grupos liberales de dinero oscuro gastaron más que sus contrapartes destinando más de $514 millones a los comicios, frente a los $204 gastados por los republicanos.
Joe Biden, actual presidente de Estados Unidos, recibió $174 millones de donantes anónimos, mientras que el exmandatario Donald Trump alcanzó los $25,2 millones.
Trascendió la inversión de unos $100 millones solo de Future Forward USA, nuevo PAC híbrido, en anuncios de apoyo a la candidatura de Biden; además, usó casi $61 millones de su organización sin fines de lucro en los meses previos al día de la elección.
Cada uno de los principales súper PAC a favor de Biden, incluidos Future Forward USA, American Bridge 21st Century, Priorities USA Action y Unite the Country , recibieron contribuciones multimillonarias del Sixteen Thirty Fund, reseñó OpenSecrets.org.
El Center for Responsive Politics advirtió que los grupos de dinero oscuro “están encontrando cada vez más nuevas formas de inyectar dinero secreto en las elecciones” en vez de destinar los fondos directamente en anuncios.
Una llamada poco usual
En un reportaje de The New Yorker, publicado el 29 de marzo de este año, el medio reseñó una llamada privada entre un asesor político de Mitch McConnell, líder de la minoría republicana en el Senado, y representantes de prominentes grupos conservadores. La conversación ocurrió el pasado 8 de enero y en ella se expusieron preocupaciones por la For the People Act, cuyas amplias disposiciones se presentan como una reforma electoral de los demócratas.
En la llamada los participantes advirtieron que la propuesta de ley tiene un amplio apoyo de los liberales y conservadores. Trascendió que, aunque los republicanos rechazan la reforma en público, al calificarla de impopular, a puertas cerradas se reconsideran las disposiciones.
En la conversación trascendió que disposiciones poco conocidas como la que busca acabar con el dinero oscuro tienen gran aceptación en todo el espectro político. Admitieron, además, que ningún mensaje podría contrarrestar la idea de impedir que multimillonarios compren elecciones, reseñó The New Yorker el pasado 29 de marzo.
No consideraron viable montar una campaña para hacer cambiar de opinión al público, sino tratar de impedir la aprobación de la ley en el Congreso mediante el obstruccionismo.

“Desafortunadamente, hemos descubierto que ese es un mensaje ganador, tanto para el público en general como para los conservadores”, dijo en la llamada Kyle McKenzie, director de investigación del grupo de defensa dirigido por Koch Stand Together.
Steve Donaldson, asesor político del senador McConnell, comentó: “Cuando se trata de la privacidad de los donantes, no puedo enfatizar lo suficiente la rapidez con que las cosas se saldrán de control”.
Públicamente se manejan otros argumentos en contra de la propuesta de ley, como una presunta violación a la libertad de expresión de las personas o grupos sin fines de lucro al exigir identificación de los donantes de más de 10 mil dólares.
El proyecto de ley
La propuesta For the People Act establecería un estándar nacional para votar, entre ellos la posibilidad de participar en ausencia en todo el país, la aceptación de boletas por correo hasta 10 días después del día de los comicios, un mínimo de 14 días consecutivos para votar de forma anticipada y permitiría un registro para ejercer el derecho el mismo día de la elección.
Entre otras disposiciones, no solo busca ampliar los derechos del voto sino que exige que se conozca de dónde proviene el dinero oscuro y busca frenar el gasto extranjero en las campañas.
La legislación eliminaría una disposición vigente que impide al Servicio de Impuestos Internos determinar si ciertas organizaciones sin fines de lucro actúan realmente como grupos para el bienestar de la sociedad y no con fines políticos.
Hasta ahora estas organizaciones no deben destinar más de la mitad de sus acciones a actividades políticas, sin embargo, pero ello no se puede comprobar debido a una disposición de los paquetes de gastos del gobierno.

Adicionalmente, el proyecto de ley exigiría que organizaciones políticas firmen un certificado en el que se establezca que su gasto no está coordinado con aspirantes a cargos públicos, entre otras disposiciones. Aunque los demócratas se han beneficiado del dinero oscuro, sus legisladores se inclinan a ponerle fin al fenómeno.
Reacciones
Para Michael Waldman, presidente del Brennan Center for Justice de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York, la For the People Act “refleja la urgente necesidad de reformas democráticas amplias”. Consideró, en un artículo de opinión del 2 de abril en The Washington Post, que las reglas de votación deben protegerse para que los republicanos -mediante modificaciones locales en cada estado- no reduzcan el electorado para los comicios de 2022.
Brendan Fischer, quien dirige el Programa de Reforma Federal del Campaign Legal Center, dijo que la llamada del 8 de enero evidenció que grupos adinerados trabajan para proteger su status quo, “donde los multimillonarios y las corporaciones son libres de comprar influencia en secreto”, según dijo en un contacto para el reportaje de The New Yorker.
El abogado y exlíder de la mayoría en la Cámara de Delegados de Virginia Occidental, Rick Staton, planteó en su columna en el Charleston Gazette-Mail que -a su juicio- los más importante de For the People Act es que eliminará de forma permanente la posibilidad de usar dinero oscuro.
“También evitaría que los gobiernos y agentes extranjeros intenten en secreto influir en los resultados de nuestras elecciones; y empoderaría aún más a la Comisión Federal de Elecciones para que responsabilice a los infractores de las leyes de campaña”, sostuvo Staton.
For the People Act busca también hacer frente a más de 250 proyectos locales de ley de los republicanos, en 43 estados, que restringirán el voto en ausencia, limitarían la votación anticipada o impondrán requisitos más estrictos de identificación de votantes, según el Brennan Center for Justice.
Propuestas de ley de los republicanos ya fueron aprobadas, en Iowa y Georgia por ejemplo, mientras que muchas otras se están acelerando a través de las legislaturas estatales, de las cuales los republicanos controlan 60% de ellas en todo el país.
De acuerdo con una reseña de Bloomberg, los republicanos tienen el control total del gobierno estatal (las cámaras de la legislatura y la oficina del gobernador) en 23 estados.