Por Hannah Kuchler en Nueva York y Anna Gross en Londres – Financial Times
A medida que avanzan en el mundo las campañas de vacunación contra el Covid-19, los funcionarios de salud pública siguen buscando respuesta a la interrogante en los labios de los recién vacunados: puedo seguir siendo un peligro para los que me rodean?
El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC por sus siglas en inglés) emitió su primer boletín esta semana para personas que están plenamente vacunadas, indicando que la creciente evidencia indica que los vacunados tienen menor riesgo de estar infectados asintomáticamente – y posiblemente son menos propensos a transmitir el virus.
Americanos que han completado su vacunación pueden ahora reunirse unos con otros o con gente de menor riesgo de contagio, en grupos pequeños a puerta cerrada, sin mascarillas. El CDC argumenta que los beneficios de reducir el aislamiento social y de relajar las medidas de control son mayores a los riesgos – y que un mayor grupo de aquellos aversos a vacunarse podrían optar por hacerlo si posteriormente van a gozar de mayor libertad social.
En otras partes del mundo, las indicaciones son menos claras. A pesar de un excelente programa de vacunación, el Reino Unido se mantiene en cierre y su principal funcionario médico Chris Whitty, previno el lunes que la situación podría “empeorar” si las restricciones se reducen bruscamente.
“La comunicación pública de esto es un reto significativo”, dijo Angela Rasmussen, viróloga de la Universidad de Columbia. “Aun cuando parece sencillo, como, ¿’puedo hacer esto o no’?, no siempre hay una respuesta fácil a esa pregunta.
Vea el Video: Covid-19 y el negocio de las vacunas.
Todas las pruebas de la vacuna para el Covid-19 se enfocaron primariamente en determinar si las inyecciones prevenían la enfermedad sintomática, lo cual se consideraba de mayor importancia respecto al estudio de contagios. Pero dado que el Covid-19 puede ser transmitido por alguien que contraiga el virus sin exhibir síntomas, es ahora clave, tanto para individuos como para la economía, entender si los vacunados siguen siendo contagiosos.
Lógicamente, los expertos creen que porque las vacunas reducen aun los casos leves y reducen la carga viral, también deben reducir los contagios. Pero los científicos siguen basándose en varios estudios pequeños y no igualmente valiosos, cuando juzgan hasta que punto la vacunación reducirá la propagación.
Muge Cevik, investigadora de la Universidad de St. Andrews, dice que la evidencia empieza a indicar una “reducción significativa” del contagio.
“Hasta ahora, el mensaje era, ‘No sabemos si reduce el contagio’, pero yo creo que es erróneo decir eso – el mensaje debería ser, ‘Si reduce el contagio pero no sabemos hasta qué punto’”, dijo.
“El mensaje debería ser, ‘Si [vacunarse] reduce el contagio pero no sabemos hasta qué punto’”
Muge Cevik, investigadora de la Universidad de St. Andrews.
La primera evidencia fue hallada en monos el año pasado. Rhesus mcaques recibieron inyecciones de las vacunas de BioNTech/Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson, y luego expuestos al virus. No sólo no desarrollaron síntomas, demostraron incrementos limitados del virus en las vías respiratorias superiores, lo cual los hizo menos propensos a transmitirlo.
Durante las pruebas clínicas a gran escala, aun cuando los productores de las vacunas no evaluaron el impacto de las inyecciones sobre el nivel de transmisión, algunos si estudiaron infecciones asintomáticas entre participantes vacunados.
Oxford/AstraZeneca fue única en que llevó a cabo pruebas diagnósticas de Covid para todos los participantes del Reino Unido, todas las semanas. Andrew Pollard, director del Oxford Vaccine Group dijo que los datos que publicaron presentan “buena evidencia” de que la vacuna de AstraZeneca reduce todos los resultados positivos – sean sintomáticos o no – en una proporción de dos tercios aproximadamente.
“Es razonable inferior que esto corresponderá a una reducción del contagio, ya que si no hay virus detectable, la infección no se puede transmitir”, dijo.
Otros fabricantes de vacunas evaluaron parte de sus pruebas. En un subgrupo de 3,000 participantes en las pruebas J&J, la vacuna demostró ser alrededor de 74 porciento efectiva en detener la infección asintomática. Dan Barouch del Centro de Investigaciones en Virología y Vacunación de Harvard, quien trabajó en los ensayos de J&J, dijo que esto era “muy alentador”.
Pero el regulador ha advertido que todavía no hay suficiente evidencia para asegurar su validez estadística. Natalie Dean, bioestadística de la Universidad de Florida, dijo que la Agencia de Alimentos y Comidas (FDA por sus siglas en inglés) tenía razón de ser cautelosa porque 74 porciento era mayor que el nivel total de eficacia de 72 porciento observado en los EEUU. “Eso demuestra la incertidumbre ya que biológicamente debería ser menor”, aclaró.
Ahora que mas de 300 millones de dosis se han administrado globalmente, los investigadores están publicando estudios más amplios de evidencia del “mundo real”. En Israel, donde se ha vacunado, por un gran margen, la mayor proporción de población, el Ministerio de Salud encontró que la vacuna Pfizer era 89 porciento efectiva en prevenir infección de cualquier tipo, y 94 porciento efectiva contra infección sintomática. El estudio no goza todavía de verificaciones comparativas o por pares.
Rasmussen previene que deberíamos tomar esta evidencia con “un grano de sal” mientras los programas de vacunación estén en progreso, ya que podría verse distorsionada debido a otros factores como la actividad restringida.
Aun así, dos estudios británicos de la vacuna de Pfizer produjeron resultados similares. Un estudio de la Universidad de Cambridge de profesionales de la salud quienes regularmente recibían pruebas del Covid-19 resultó en que el número de pruebas asintomáticas positivas se redujo en tres cuartas partes una vez que empezaron a ser vacunados. Otro estudio, llevado a cabo por Public Health England (una agencia del Departamento de Salud del Reino Unido), determinó que “prevenía eficazmente” la infección asintomática en adultos de edad laboral.
Michael Weekes, coautor del estudio de Cambridge, indicó que demuestra que la vacuna ofrece “buena protección sin ser una panacea”. “Hay dos estudios que han llegado a conclusiones similares. Eso le da mucha fuerza”, declaró.
La mejor evidencia empírica vendrá de gente que rodea a los vacunados para ver si se contagian de Covid-19. En el trabajo de investigación Panther, de la Universidad de Nottingham, los científicos están evaluando niveles de infección entre personas que han tenido contacto cercano con trabajadores de la salud recientemente vacunados.
Los expertos en salud pública también están ansiosos de obtener información de pruebas clínicas que publicarán sus resultados en los próximos meses. Wafaa El-Sadr, profesor de epidemiología de Columbia, dijo que la “data más rigurosa” se obtendrá cuando los fabricantes de las vacunas completen estudios de seguimiento a los participantes de sus pruebas iniciales, al poder compararse claramente a los grupos de vacunados con los que recibieron placebos. Pfizer está dando seguimiento a un subgrupo de los que participaron en su estudio para determinar si han desarrollado anticuerpos que no habrían sido provocados por la vacuna e identificar infección asintomática.
Indicó que la publicación de estos nuevos estudios hará una “gran diferencia” en los lineamientos que los expertos de salud pública podrán dar a los vacunados respecto a cómo comportarse. “Si hay evidencia de que protegen contra la infección asintomática, eso sería una noticia fantástica”.
La cita de Muge Cevik en una versión anterior de este artículo ha sido enmendada para darle mayor precisión.
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