Por Courtney Weaver – El Financial Times
La administración Biden está luchando para enfrentar el incremento de menores no-acompañados que intentan cruzar la frontera sur de los EEUU; ya que los datos confirman un incremento agudo desde que Biden asumió el poder.
El Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP por sus siglas en inglés) anunció el miércoles que 100.441 personas han intentado cruzar la frontera sur en febrero – un incremento de 28 por ciento respecto a enero. La agencia reportó que 9.457 de esos individuos eran menores no-acompañados – un incremento del 62 por ciento sobre enero.
En una rueda de prensa en la Casa Blanca el miércoles, Roberta Jacobson, coordinadora para la frontera suroccidental dentro del Consejo Nacional de Seguridad (National Security Counsel), consideró que nadie, “especialmente niños y familias con niños pequeños, debería intentar la peligrosa travesía requerida para entrar en los EEUU de forma irregular”.
“La frontera no está abierta”, añadió Jacobson, antigua embajadora de EEUU en Méjico.
La administración Biden está haciendo frente al incremento de cruces intentados mientras busca reconfigurar agresivamente la estrategia fronteriza de cero-tolerancia del anterior presidente.
Aunque ha imputado la culpa de la actual crisis fronteriza a la Casa Blanca de Trump, se le ha hecho difícil emitir un mensaje prometedor a los migrantes y simultáneamente disuadirlos de cruzar hacia el país al margen de los canales adecuados – algo que Jacobson admitió era como tratar de “caminar y mascar chicle al mismo tiempo”.
“Estamos intentando comunicar a todo el mundo en la región que tendremos en el futuro un proceso legal que estaremos anunciando lo más pronto posible”, dijo.
“Pero al mismo tiempo, no pueden entrar de forma irregular. Es peligroso, y la gran mayoría de la gente será removida de los Estados Unidos porque esa es la verdad del caso. Queremos ser honestos con la gente. Y por tanto tratamos de transmitir ambos mensajes”, declaró.
Jacobson anunció asimismo el miércoles que la administración Biden buscaría aprobación legislativa para dedicar 4 mil millones de dólares durante los próximos cuatro años a enfrentar la crisis migratoria en la frontera sur.
También recomenzará un programa de ayuda a niños que llegan desde Centroamérica, lo cual permitirá juntar con sus padres en EEUU, si éstos residen legalmente en el país, a menores de El Salvador, Guatemala y Honduras. Donald Trump había desmantelado el programa, el cual comenzó durante el período de Obama.
Aproximadamente 3.000 niños ya han sido aprobados para el programa, según Jacobson.
Los legisladores Republicanos han criticado a la administración de Biden por no hacer suficiente para paliar la crisis.
Chip Roy, un representante Republicano de Tejas, acusó a la Casa Blanca de estar “perfectamente contenta” con fronteras abiertas.
“La seguridad fronteriza es proinmigrante, pro-América y pro nuestros valores. Pero a la administración Biden eso no le importa”, dijo Roy en una conferencia de prensa.
Del otro lado del pasillo, la Casa Blanca también se ha encontrado con críticas por parte de algunos Demócratas quienes han argumentado que la administración no invierte suficientes recursos en asegurar que los menores estén alojados en sitios apropiados para niños y que siguen los lineamientos de salud adecuados para la pandemia.
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