El Senado aprobó el sábado 6 de marzo un amplio plan de alivio del coronavirus de 1,9 billones de dólares, lo que pone al Congreso un paso más cerca de cumplir la promesa electoral del presidente Joe Biden y sus aliados demócratas de liderar una recuperación rápida de la peor crisis económica desde la Gran Depresión.
Con un alto costo y la expansión de los programas federales, el paquete es una de las medidas de rescate más grandes en la historia de los Estados Unidos, reseñó The Washington Post.
El proyecto de ley autoriza cheques de $1 mil 400 a millones de estadounidenses de ingresos bajos y medianos, ayuda a las familias al proporcionar nuevos beneficios fiscales anuales por hijos, aumenta los pagos por desempleo para los trabajadores que aún no tienen empleo e invierte fuertemente en los esfuerzos por superar la emergencia sanitaria por el coronavirus: que ha devastado a familias, trabajadores, estudiantes y empresas por igual.
Los demócratas en el Senado mantuvieron la unidad para aprobar el paquete, y se esforzaron en un debate de 25 horas que los obligó a enfrentar la disidencia dentro de las propias filas del partido.
La Cámara de Representantes tiene previsto votar sobre la versión del estímulo del Senado el martes, con el fin de que los cheques y la asistencia financiera comience a llegar a los estadounidenses este mes.
“Le prometí al pueblo estadounidense que la ayuda estaba en camino”, dijo Biden el sábado, celebrando la primera victoria legislativa de su Administración. “Hoy, puedo decir que hemos dado un paso de gigante más para cumplir esa promesa”.

La aprobación del proyecto de ley en el Senado, conocido como el “Plan de Rescate Estadounidense”, proporcionó una nueva explosión de noticias positivas para la Casa Blanca. En las últimas semanas, la Administración Biden ha presidido una mejora en el mercado laboral, a pesar de que todavía hay 9,5 millones de trabajadores desempleados más de los que había antes de la pandemia.
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El país también ha sido testigo de una disminución en las infecciones por coronavirus y una aceleración en un esfuerzo a nivel nacional para vacunar a millones de estadounidenses.
Pero el voto del Senado ilustró la realidad política que enfrenta Biden y su ambiciosa agenda económica. Las primeras promesas del presidente, de unidad y bipartidismo, chocaron con la situación del Capitolio: los demócratas optaron por no reducir significativamente manteniendo lejos el apoyo del Partido Republicano.
También presagió las dificultades que los líderes demócratas pueden enfrentar para mantener unidos a un grupo dispar de legisladores progresistas y moderados durante las luchas aún más difíciles en el horizonte.
Los entusiasmados líderes del partido aún celebraron la aprobación del proyecto de ley de estímulo el sábado, que, según dijeron, mostraba que los demócratas pueden superar los obstáculos y avanzar en otras prioridades importantes, que aún están por llegar.
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“Les prometimos cheques; van a recibir cheques. Prometimos que obtendrían una mejor disponibilidad y distribución de vacunas; eso sucederá”, dijo el líder de la mayoría del Senado, Chuck E. Schumer, en una entrevista.
“Todo eso va a suceder, y eso va a cambiar la perspectiva de la gente… no solo para ser más demócratas, que creo que sucederá, sino para ver que el gobierno puede trabajar para ellos”, dijo.
Fuente: Tony Romm, Jeff Stein y Erica Werner/The Washington Post.
Traducción libre del inglés por El Tiempo Latino.