Los demócratas presentarán formalmente el proyecto de ley de inmigración del presidente Joe Biden este jueves, enfrentando grandes retos mientras intentan crear un camino hacia la ciudadanía estadounidense para inmigrantes indocumentados, en casi 35 años.
El proyecto de ley es la pieza central de la amplia estrategia de Biden para forjar un sistema de inmigración más humano, y otorgaría estatus legal a aproximadamente 11 millones de personas, principalmente de México y Centroamérica.
La legislación enfrenta importantes obstáculos en un Senado dividido, que aún se tambalea por el segundo juicio político del expresidente Donald Trump.
Biden ha expresado su intención de aprobar una medida bipartidista, y la Ley de Ciudadanía de los Estados Unidos marca el primer gran esfuerzo desde que el Senado aprobó una reforma migratoria masiva en 2013, cuya propuesta no pasó de la Cámara Baja.
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El gobierno de Estados Unidos no ha aprobado un proyecto de ley de ciudadanía importante desde 1986, cuando la ley de amnistía firmada por el presidente republicano Ronald Reagan legalizó a casi 3 millones de inmigrantes indocumentados.
“Si los republicanos quieren presentarse y trabajar en inmigración, creo que el presidente está abierto a trabajar con cualquiera que quiera hacer algo y llevar un proyecto de ley a su escritorio”, dijo un alto funcionario de la administración, quien, como otros, habló el miércoles con la condición del anonimato.
“Estamos abiertos a conversar con cualquiera sobre esto, pero creemos que esta es una forma mucho más completa de abordar este problema que simplemente un muro”.
Biden indicó la noche del martes que está abierto a rutas alternativas para la ciudadanía, como proyectos de ley independientes que legalizarían a grupos más pequeños de inmigrantes como los trabajadores agrícolas, pero calificó su propuesta de ley como “un camino razonable”.
Los republicanos han mostrado poco apoyo al enfoque de Biden. El senador Marco Rubio, republicano por Florida, un partidario del proyecto de ley de 2013, calificó la más reciente propuesta como una “amnistía general”.
Mitt Romney, senador republicano por Utah, quien votó con los demócratas para condenar a Trump, promocionó esta semana su propia propuesta para aumentar el salario mínimo “al tiempo que garantizaría que las empresas no puedan contratar inmigrantes ilegales”.
“Debemos proteger a los trabajadores estadounidenses”, dijo Romney en un tuit el martes.
El proyecto de ley de Biden incluye algunas disposiciones de aplicación, como una mayor tecnología fronteriza para enfrentar a narcotraficantes y contrabandistas, sanciones más altas para los empleadores que explotan a los trabajadores indocumentados y un mayor financiamiento para los tribunales de inmigración.
Pero E-Verify, que verifica el estatus legal de una persona para trabajar en el país, “no será obligatorio” para los empleadores estadounidenses, y Biden ha dicho que no expandirá el muro fronterizo.