Este año, el Black Friday ha iniciado con una serie de cambios: en lugar de abrir a la medianoche, muchas tiendas optaron por retrasar sus horarios y priorizar las ofertas en línea.
En medio del coronavirus, el Black Friday no ha contado con las mismas multitudes de personas en los locales. La mayoría de los negocios, tanto grandes como pequeños, debido a las precauciones por COVID-19, han realizado sus ofertas más importantes en línea.
“Los clientes ya no quieren tocar las cosas”, dijo a CBS Boston el experto en comercio minorista Ken Morris. «Tienen miedo de reunirse», agregó.
Según Morris los estudios muestran que muchos planean apoyar a las empresas locales en vez de hacerlo con las grandes marcas.
La concejal de la ciudad de Boston, Annissa Essaibi-George, comentó a Boston Herald que «es más crítico que nunca que a las empresas les vaya bien este fin de semana”. «Muchas apenas están sobreviviendo», agregó.
Essaibi-George indicó que todavía no hay datos concretos sobre cuántas empresas han cerrado, pero durante el verano los funcionarios informaron que se trataba de un 25%. También señaló que en este momento son principalmente “los grandes”, las grandes cadenas nacionales, las que son más capaces de aguantar.
El alcalde de Boston, Marty Walsh, señaló el miércoles 25 de noviembre en una conferencia de prensa que “ha sido un momento muy difícil para nuestras pequeñas empresas aquí en la ciudad y en el estado”.
En medio de la pandemia las tiendas han tenido que evolucionar, creando nuevas formas de hacer negocios y diferentes maneras de interactuar con el consumidor.