Moderna anunció el lunes 16 de noviembre que su vacuna experimental contra el COVID-19 fue un 94,5% efectiva en los resultados preliminares de la fase 3 de estudios.
La junta analizó los primeros 95 casos de COVID-19 entre personas que recibieron dos inyecciones con cuatro semanas de diferencia y luego continuaron con su vida diaria. La mitad de los participantes del ensayo recibieron la vacuna real. La otra mitad recibió un placebo.
El reporte fue publicado tras detectar que 90 participantes en el grupo de placebo contrajeron el Covid-19, frente a 5 en el grupo vacunado.
La primera revisión de datos en el estudio de más de 30.000 voluntarios indicó que la vacuna de dos dosis mostró aproximadamente la misma eficacia que la de su competidor el gigante farmacéutico Pfizer, cuya vacuna cuenta con una efectividad superior al 90%.
Comunicado Moderna
We just announced that mRNA-1273, our COVID-19 vaccine candidate, has met its primary efficacy endpoint in the first interim analysis of the Phase 3 COVE study.
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— Moderna (@moderna_tx) November 16, 2020
Moderna también detalló que su vacuna permanece estable a temperaturas estándar del refrigerador de 36 grados a 46 grados Fahrenheit durante 30 días, por encima de la estimación anterior de la compañía de siete días, lo que facilitaría notablemente la logística de distribución. Además se mantiene estable hasta seis meses en un congelador a menos 4 grados Fahrenheit.
El Dr. Stephen Hoge, presidente de Moderna, resaltó el “hito realmente importante”, pero dijo que lo que más le tranqulizaba era tener resultados similares de dos compañías diferentes. “Eso debería darnos a todos la esperanza de que realmente una vacuna va a ser capaz de detener esta pandemia y con suerte nos devolverá a nuestras vidas”, dijo Hoge a AP.
Por otra parte, el Dr. Anthony Fauci en una entrevista con STAT News se mostró asombrado y contó que «honestamente, no me hubiera imaginado esto», con respecto a los primeros datos alentadores de Moderna y Pfizer. «Pensé que era esperar demasiado», agregó.
Fauci, el principal médico de enfermedades infecciosas de EE. UU., dijo a principios de este año que estaría contento con una vacuna COVID-19 que tuviera un 60% de efectividad.
Entre las 95 personas contagiadas con el virus, 11 fueron diagnosticadas con casos graves, todos pertenecientes al grupo de placebo. Además, no se detectaron problemas de seguridad significativos.
Los ensayos de vacunas se han supervisado de cerca para garantizar que reflejen a diversas poblaciones. Entre los 95 contagiados, hay 15 adultos mayores y 20 ciudadanos identificados como minorías étnicas: 12 latinos, cuatro afroamericanos, tres de origen asiático y uno multirracial.
El estudio continúa y Moderna reconoció que la tasa de protección podría cambiar a medida que se detecten más infecciones por COVID-19 y se agreguen a los cálculos.
Los principales efectos secundarios fueron fatiga, dolores musculares y dolor en el lugar de la inyección después de la segunda dosis de la vacuna.
Tanto la vacuna de Moderna como la de Pfizer-BioNTech son las llamadas vacunas de ARNm, una nueva tecnología. No están hechas con el coronavirus en sí, lo que significa que no hay posibilidad de que alguien pueda contagiarse con las inyecciones. En su lugar, la vacuna contiene un trozo de código genético que entrena al sistema inmunológico para reconocer la proteína punzante en la superficie del virus.
Estos resultados no han sido, sin embargo, evaluados todavía por científicos independientes.