Los partidarios del presidente Donald Trump habían celebrado durante horas el sábado, ondeando sus banderas y gritando a todo volumen «Dios bendiga a los EE. UU.» cuando se reunieron en Washington para afirmar falsamente que las elecciones le habían sido robadas. La multitud incluso se había deleitado con una visita personal de Trump, quien pasó en su caravana, sonriendo y saludando.
Pero eso fue antes de que aparecieran las personas que se oponían a su héroe y el estado de ánimo cambió, cuando unos 300 contramanifestantes entregaron un mensaje que los partidarios más fervientes del presidente no estaban dispuestos a escuchar: las elecciones terminaron. Trump perdió.
En la capital de la nación se exhibieron de manera cruda dos versiones irreconciliables de Estados Unidos, cada una de las cuales se negaba a aceptar lo que la otra consideraba un hecho innegable.
Si bien gran parte del día se desarrolló pacíficamente, estallaron breves pero intensos enfrentamientos. Los activistas soltaron blasfemias y gritaron amenazas, lanzaron puñetazos y botellas. En ambos lados, la gente estaba ensangrentada y al menos 20 fueron arrestadas. El caos también dejó a dos oficiales heridos.
Cuando cayó la noche, los contramanifestantes provocaron más caos al acosar a los defensores de Trump, robar sombreros rojos, banderas y prenderles fuego. Las refriegas continuaron hasta la noche cuando los provocadores volcaron las mesas de los vendedores que habían estado vendiendo equipos a favor de Trump y detonaron docenas de fuegos artificiales, lo que llevó a la policía a rociarlos con gas pimienta.
A las 8 p.m. estalló la violencia a cinco cuadras al este de la Casa Blanca entre los partidarios del presidente, quienes empuñaban porras, y sus detractores vestidos de negro, muchos de los cuales habían participado en manifestaciones de justicia racial durante todo el verano. Cuando los grupos se acercaron a la misma intersección, se cargaron entre sí, peleando durante varios minutos antes de que llegara la policía y despejara el área.
En el tumulto, dijo un oficial de bomberos de DC, un hombre de unos 20 años fue apuñalado por la espalda y llevado al hospital con heridas graves.
Horas más tarde, cuando se acercaba la medianoche, un grupo de manifestantes desplegó una enorme pancarta de “LEY Y ORDEN DE TRUMP” y la colocó en lo alto de Black Lives Matter Plaza. Después, lo llevaron lo más cerca que pudieron de una Casa Blanca atrincherada detrás de filas de vallas de acero.
Las tensiones se desangraron hasta la madrugada del domingo, cuando estalló una discusión entre un pequeño grupo de contramanifestantes y un hombre que sostenía una bandera de Trump mientras se aferraba a un poste. De repente, la policía abordó a dos personas en un cruce de peatones y las arrojó a la calle.
Texto tomado y traducido de The Washington Post
