La incapacidad de los gobiernos latinoamericanos de atender la pandemia sumada a la falta de creatividad para solventar los problemas de larga data, ha vuelto a generar el caldo de cultivo para el retorno de los populistas autoritarios de la “revolución” Rosada. No hablamos de la izquierda progresista democrática, lo que regresa es lo peor de una élite de corruptos autoritarios que usan el mensaje social para eternizarse en el poder.
La elección en México de López Obrador y la elección de Alberto Fernández, en llave con
Cristina Fernández de Kirchner, en Argentina, han sido simplemente el abrebocas para el regreso de la izquierda bucólica en Latinoamérica. Le ha seguido el triunfo de Luis Arce en Bolivia del partido MAS, del depuesto Evo Morales. De hecho, Evo Morales ha regresado triunfante a Bolivia y toda la corrupción, estupro y demás crímenes parecieran olvidados. Veremos a Evo gobernando Bolivia en unos pocos años.
En Ecuador todo indica que Andrés Arauz, pupilo del ex presidente y prófugo de la justicia Rafael Correa, se encamina a un posible triunfo electoral. Hay un absurdo número de 18 candidatos inscritos para competir por la presidencia y nuevamente la obsesión de poder de Guillermo Lasso, quien no gana elecciones y divide a la oposición. A menos de 3 meses de la primera vuelta electoral del 7 de febrero de 2021, las preferencias marcan a Arauz con el 49%. Arauz es simplemente el retorno del Correismo y sus malas mañas al Ecuador. Ya se ha anunciado la contratación de servicios a la dictadura cubana y el retorno del autoritarismo al estilo Correa.
En Honduras no se ve mejor cara, luego del autoritarismo de derecha de Juan Orlando Hernández, pareciera que se avanza al regreso en la sombra de Mel Zelaya. Las elecciones internas de los partidos en marzo de 2021 definirán la ruta. Por el partido de Gobierno (Partido Nacional) compite el alcalde de Tegucigalpa, Nasry Asfura (papi a la orden) y el presidente del Congreso, Mauricio Oliva. Una victoria de la élite política fracasada tradicional representada por Oliva pondría el triunfo a la esposa de Mel Zelaya a pie de urna electoral. En Honduras el partido Liberal dejo de tener relevancia y nuevamente la elección será un pulso entre la sombra de Zelaya y el Partido Nacional. Honduras sigue hundido en una terrible crisis por la corrupción, gobiernos deficientes y la falta de voluntad del empresariado. El triunfo de Xiomara castro sería regresar a Mel al poder indirectamente.
Vienen cambios también en Brasil. Luis Ignacio (Lula) de Silva, esta aprovechando la crisis del COVID-19 para pasar factura a Jair Bolsonaro. Veremos muchos tiempos de turbulencias para una forma de gobierno autoritaria de Bolsonaro que puede llevar al retorno de Lula mediante algún candidato de su autoría.
El 21 de noviembre de 2021, Chile elegirá a un candidato progresista, seguramente más moderado que sus colegas en los demás países de la región. Pereciera que el exministro Francisco Vidal pudiera ser una de las figuras fuertes y posible próximo presidente de Chile.
Perú va a elecciones bajo una crisis profunda y cualquiera puede ser el resultado. La fragilidad de Colombia continuará y lo más seguro es que el desgobierno de Guatemala termine en una crisis de mayores proporciones.
El proceso de Nicaragua pareciera una crónica de una muerte anunciada y la permanencia en el poder del tirano sanguinario, Daniel Ortega pareciera ir avanzando por la falta de posibilidades reales de la oposición para frenar el fraude electoral del próximo año.
Para Venezuela, el fraude electoral del próximo 6 de diciembre le dará de nuevo el control del parlamento al tirano Nicolas Maduro y este aprovechará el apoyo que sigue recibiendo de Irán, China, Turquía, Cuba y Rusia para mantenerse en el poder y sumará voces a favor con el viraje a la izquierda en la región. Otro que pescará en río revuelto será el régimen cubano, que aprovechará el viraje a la izquierda y el regreso de sus amigos para inundar la región de médicos y servicios cubanos que le permitan generar ingresos y seguir sobreviviendo.
Entre el autoritarismo de derecha de El Salvador, Honduras y Brasil; y el de izquierda de Nicaragua, Venezuela, Cuba y ahora Bolivia, más los avances al vacío de Argentina, parece una región explosiva.
Definitivamente las elecciones de Honduras y Ecuador podrían lograr que todos vuelvan y se re-dibuje el mapa de la revolución Rosada. Lamentablemente no es una izquierda moderna, progresista y enfocada en una gestión eficiente del estado, así como en un balance entre el crecimiento y le inversión social. Hablamos de lo que vuelve es lo peor de una mezcla de libros obsoletos con conductas autoritarias.
Lo que nos mostraron esos mismos mandatarios en el primer capítulo de sus historias no fue nada bueno, podemos predecir entonces que vienen tiempos bastante complicados para Latinoamérica.
La región necesita de menos tontera ideológica, menos autoritarismo, menos corrupción, menos burocracia y menos disfuncionalidad. Lo que necesita es mandatarios que creen oportunidades de trabajo, inversión y progreso para todos. Menos de lo mismo sería mejor para la región.
Opinión del Dr. Carlos Ponce – Académico de Columbia University, Senior Fellow de Victims of Communism Memorial Foundation