Este jueves, la campaña del presidente Donald Trump vio frenado su intento de detener el conteo de votos en Michigan, estado cuyas proyecciones muestran al demócrata Joe Biden como el ganador de los 16 delegados que otorga la entidad.
De acuerdo con información de la agencia de noticias EFE, la jueza Cynthia Stephens, de la Corte de Reclamos del estado, adelantó durante una audiencia celebrada este 5 de noviembre que descartaría la acción ejecutada por el equipo del mandatario.
«La declaración que tenemos (para cuestionar las normas del escrutinio) está basada en rumores», comentó la magistrada.
Según EFE, la jueza indicó que el proceso está prácticamente acabado en la entidad y la querella llegó tarde por parte de la campaña de Trump.
El equipo del republicano solicitaba un mejor acceso para sus observadores en los lugares de escrutinio. Además, la demanda pedía «revisar aquellas papeletas abiertas».
Para el grupo del jefe de Estado se trata del segundo revés judicial en la jornada, luego de que un juez de Georgia desestimara la petición de la campaña de ubicar y dejar sin validez alguna los votos que se emitieron fuera de los plazos establecidos por la autoridad electoral local.
En Pensilvania, otro de los estados ajustados en la carrera por la Casa Blanca, vio como este jueves la campaña del presidente obtuvo el derecho a ver el conteo de votos en Pensilvania desde dos metros de distancia.
Un tribunal de apelaciones estatal revocó el rechazo de un tribunal inferior a una solicitud de la campaña de Trump para tener un acceso más cercano al proceso de conteo.
La juez Christine Fizzano Cannon ordenó que a todos los candidatos y sus representantes “se les permita observar todos los aspectos del proceso de escrutinio dentro de los 6 pies, mientras se adhieren a todos los protocolos de COVID-19, incluido el uso de máscaras y el distanciamiento social”.
En un escrito de 59 páginas presentado la mañana del jueves, la campaña de Trump se quejó de que los funcionarios en Filadelfia habían impedido que los observadores se acercaran lo suficiente a los funcionarios que procesaban las boletas.
El equipo republicano sostuvo que esto estaba “arrojando una nube sobre las papeletas procesadas y la integridad del voto”.
El Partido Demócrata de Pensilvania se había opuesto al pedido de la campaña de Trump, argumentando que la legislatura estatal había puesto límites a los observadores, aparentemente para evitar desafíos que consumían mucho tiempo.