Un juez de la Corte Superior de Suffolk denegó el miércoles 14 de octubre la solicitud del Boston Teachers Union (BTU) de una orden judicial que habría permitido a todos los educadores elegir si trabajar de forma remota mientras la tasa de contagios del coronavirus en la ciudad supera el 4 por ciento.
Robert Gordon, juez de la Corte Superior, dijo que los estudiantes con grandes necesidades que actualmente asisten a la escuela en persona «sufrirían déficits mensurables» si el distrito cambiara su línea y decidiera realizar las clases de forma remota.
«La posición del Boston Teachers Union no es intentar privar a ningún estudiante del servicio, más bien estamos tratando de asegurarnos de que todo se haga de manera segura», indicó James Goodwin, abogado del BTU.
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Los educadores afectados por esta decisión son aquellos que dan clases a los estudiantes con discapacidades graves, antecedentes limitados de inglés o involucrados con los servicios de protección infantil, quienes deberán continuar trabajando desde los edificios escolares.
El 7 de octubre, la alta tasa de contagios por COVID-19 llevó a las autoridades de Boston a retrasar la siguiente fase del aprendizaje en persona, lo que afectó a la mayor parte del resto de la población estudiantil, pero permitió que los estudiantes que ya habían regresado a las aulas continuaran aprendiendo en persona.
Después del fallo, el BTU indicó en un comunicado: “Lo más importante es que logremos un plan de colaboración lo antes posible que asegure una educación en persona segura y de alta calidad para nuestros estudiantes con más necesidades».
“Nos complace que la corte haya preservado la oportunidad para que nuestros estudiantes más necesitados continúen aprendiendo dentro de nuestras escuelas, apoyados con los servicios que requieren y merecen”, dijeron el alcalde de Boston Marty Walsh y la superintendente Brenda Cassellius en un comunicado conjunto.