Este miércoles, la ONU pidió solidaridad y cooperación para buscar cubrir el déficit valorado en alrededor de $35 mil millones necesarios para desarrollar las pruebas, tratamientos y seguir avanzando en los estudios para una potencial vacuna contra la pandemia del COVID-19.
Antonio Guterres, secretario general de la ONU, dijo presente en un evento junto a la Organización Mundial de la Salud. La cita sirvió para dar respuestas sobre el brote y cómo ayudar en medio del caos ocasionado por el virus.
«Todos los países tienen un interés nacional y económico en trabajar juntos para ampliar masivamente el acceso a los test y tratamientos y dar apoyo a una vacuna que sea un bien público global: una vacuna para la gente, que esté disponible y sea asequible para cualquier persona en cualquier lugar», comentó Guterres en el foro virtual.
Guterres mencionó a la plataforma de investigación COVAX, la cual cuenta con el más grande portafolio de posibles vacunas contra el COVID-19. En la misma colaboran más de 160 países, pero donde no participan Estados Unidos ni China.
La iniciativa cuenta con cerca de $3 mil millones, mucho menos de los $35 mil que esperan recaudar tanto la ONU como la OMS.
«No vamos a lograrlo si los donantes simplemente distribuyen sus recursos del presupuesto de Asistencia Oficial al Desarrollo. Hay que pensar a lo grande. Es momento de que los países saquen fondos de sus propios programas de respuesta y recuperación», comentó Guterres.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, secretario general de la OMS, se pronunció con la misma preocupación que el portugués: «la brecha actual del Acelerador-ACT es de 35.000 millones. Es menos del 1 % de lo que los gobiernos del G20 han dedicado ya a paquetes de estímulo domésticos. Y por decirlo de otra manera, es casi el equivalente a lo que el mundo gasta en cigarrillos cada dos semanas».
«Francamente, esto no es un problema financiero: es una prueba de solidaridad. Es un momento para decir no al nacionalismo y sí a nuestra humanidad compartida», agregó.
David Malpass, presidente del Banco Mundial, participó en el evento y confirmó que propuso a la junta directiva de la organización movilizar de la manera más rápida posible $12 mil millones para apoyar a países más necesitados en la eventual compra y distribución de vacunas contra la pandemia «una vez hayan sido aprobadas por varias agencias regulatorias respetadas y estrictas».
También se sumaron a la llamada solidaria de la ONU líderes de varios países que anunciaron nuevos compromisos financieros, entre ellos el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, que citó 440 millones de dólares, o la canciller alemana Angela Merkel, que añadió 100 millones de euros a los más de 600 previamente aportados.
Por su parte, intervinieron los máximos ejecutivos de las farmacéuticas Johnson & Johnson y AstraZeneca, que junto a la Fundación Bill Gates hoy emitieron un comunicado con otras grandes firmas sobre su «compromiso inquebrantable» para dar un «acceso equitativo global» a las vacunas que desarrollan contra la COVID-19 por encima del «beneficio».