En 2019, casi 4 millones de estudiantes se graduaron en Estados Unidos, de acuerdo con Educationdata.org. El portal de estadísticas educativas indica que la cantidad de estudiantes que se gradúan de la universidad ha aumentado un 36% en el año 2019, y se proyecta que siga aumentando durante los próximos años.
Sin embargo, algo que ha sido completamente diferente para los estudiantes recién graduados en este año escolar, es el mundo laboral al que ahora se enfrentan.
Un reporte de la oficina de estadísticas laborales demuestra que el desempleo en Estados Unidos se disparó un 14,7% en el mes de abril, siendo el más alto desde el año 1940, aunque en meses más recientes ha bajado a un 8.4 por ciento.
Este mismo reporte también informa que la última recesión afectó específicamente la tasa de desempleo de los graduados universitarios de entre 20 y 24 años.
Por otro lado, los datos económicos de la reserva federal, demuestran que en abril de este año un poco antes de la graduación de varios estudiantes, la tasa de desempleo de los graduados universitarios había aumentado un 17.2%.
La estudiante de Suffolk University Laura Alvarez, originaria de Colombia, se graduó de periodismo en mayo, y ha estado postulándose a trabajos relacionados con su carrera desde meses antes de graduarse, pero debido a la crisis económica que el país ha sufrido desde los inicios de la pandemia, no ha logrado sus objetivos.
“Es algo para lo que la escuela no me preparó, yo creo que nadie veía venir una recesión de este nivel. Intento mantenerme positiva aunque he aplicado a tantos trabajos por tanto tiempo que me frustro muy seguido, y me cuesta mantener la paciencia y la esperanza. Yo era una de las mejores estudiantes de mi carrera, había tenido diferentes internships (pasantías laborales) y se me estaban abriendo las puertas en una industria a la que es difícil entrar, pero cuando mandaron a todos a casa, fue como ver cada una de esas puertas cerrarse”.
Alvarez vive actualmente en San Diego, California con su familia y solo se mudo a Boston para estudiar periodismo en Suffolk University, así que cuando la escuela cambió las clases en persona a clases virtuales ella tuvo que empacar sus cosas e irse repentinamente de vuelta a California.
“Cuando empezaron las restricciones de seguridad, y yo ya no podía ni ir a trabajar sabía que no me podía quedar en Boston, algunas de las ofertas de trabajo que tenía o se habían anulado o requerían que me quedara de una manera u otra, y como no podía hacerlo me tuve que regresar a San Diego”.
Alvarez continúa buscando trabajo en California y espera poder tener la oportunidad de comenzar su carrera de reportera y periodista.
Analucia Sierra, de 22 años, es una estudiante de diseño de interiores nacida en Honduras. Antes de graduarse este año, había completado una internship en una prestigiosa compañía de diseño y arquitectura llamada CBT, donde le habían asegurado un lugar dentro de la empresa. Sin embargo, al comenzar la pandemia, la compañía tuvo que reducir gastos y perdieron los recursos necesarios para contratar a nuevos empleados.
“Yo sentía que ya no tenía que preocuparme tanto por buscar un trabajo ya que en mi internship me había acomodado muy bien y parecían querer que me quedara, me llegaron a decir que en cuanto me graduara los contactara para que me contrataran. Un tiempo después cuando estábamos acabando la cuarentena, yo los contacté y me dijeron que tristemente no estaban económicamente estables y no me podrían dar el trabajo”.
La economía a la que los recién graduados se han tenido que enfrentar, ha sido la peor desde la última recesión que sufrió el país, de acuerdo con el New York Times. Además un artículo de LA Times reporta que a diferencia de la última recesión, la pandemia llegó abruptamente, revirtiendo años de progreso económico en pocas semanas y la incertidumbre sobre cuánto durarán los efectos podría complicar el futuro de los recién graduados.