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Conforme el coronavirus ha hecho sentir su impacto en todo el territorio estadounidense, la reactivación económica en gran parte del país también se vuelve una realidad. Dependiendo del área, acciones diferentes en pro de superar un enorme déficit económico, parte de los estragos del virus.

En Nueva York, uno de los lugares más afectados por el brote en Estados Unidos, la presión se ha hecho sentir para que el gobierno local autorice a restaurantes reciban en su interior a clientes, algo que no está en los planes a corto plazo según las autoridades, quienes señalan que esto generaría un nuevo brote.

De acuerdo con la agencia de noticias AFP la situación involucró incluso la intervención del presidente Donald Trump, quien usó su cuenta de Twitter para pronunciarse sobre el hecho: «Nueva York debe terminar con el confinamiento ahora», escribió el mandatario, quien aspira a la reelección en los comicios del próximo 3 de noviembre cuando enfrente a Joe Biden. «¡El alcalde y el gobernador están destruyendo la ciudad!», siguió.

Desde el pasado 22 de junio se permitió operar a restaurantes; no obstante, bajo una modalidad en la cual pueden ofrecer sus servicios en áreas externas de los locales.

Corey Johnson, presidente legislativo municipal, señaló en un comunicado su postura. «Es hora de permitir las cenas dentro de los locales en la ciudad de Nueva York con capacidad reducida y reglas claras para asegurar el distanciamiento social», indicó.

AFP citó al popular medio The New York Times, el cual calculó que aproximadamente unos 900 restaurantes cerraron de forma definitiva sus puertas desde marzo, cuando arribó la pandemia, al verse imposibilitados de desarrollar sus labores.

De los que aún están abiertos, el 64% estima que cerrará de no recibir ayuda del gobierno federal para poder subsistir.

Para este martes, varios dueños de locales de comida presentaron una demanda, a través de la cual esperan contar con el visto bueno de la ley para poder recibir a personas en su interior bajo modalidades aplicadas en otras entidades del país, limitando el ingreso y haciendo del distanciamiento social una norma clave.

Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, rechazó que los restaurantes de la Gran Manzana puedan operar con la mencionada dinámica a corto plazo, estimando que la falta de presupuesto y personal para controlar la situación pueda afectar el ritmo con clara tendencia a la baja en casos de COVID-19.

«Si tenemos un mecanismo de control que funcione, entonces podemos hablar sobre la apertura de los restaurantes. Sería negligente e irresponsable permitir comer adentro, sabiendo que hay problemas en el norte del estado, sabiendo que el cumplimiento de las reglas será un problema, y sabiendo que no hay un mecanismo de control», manifestó el funcionario.

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