La ciudad de Chelsea está considerando habilitar un fondo de $600,000 para ayudar a los inquilinos que tienen dificultades económicas para pagar la renta, según dijo a El Planeta Roy Avellaneda, presidente del Concejo Municipal de Chelsea.
Este fondo serviría para asistir a unas 2,400 residentes de Chelsea elegibles, quienes recibirían un aporte único de $250 para amortiguar el pago de las rentas, según Avellaneda, quien afirmó que las personas que no califiquen para ayudas por desempleo tendrían prioridad.
Aún no existe un sistema de solicitud de esta ayuda, ni tampoco se ha establecido un criterio formal de elegibilidad, sin embargo, el concejal invitó a las personas necesitadas a escribir al email chelseafund@greenrootschelsea.org para exponer su caso y pedir más detalles.
Al tratarse de un fondo independiente sin conexión con el gobierno federal, el estatus migratorio no será un factor de elegibilidad, con lo cual las personas indocumentadas podrían calificar.
Las familias que no residan dentro de los límites de la ciudad de Chelsea no serán elegibles para esta ayuda.
Chelsea ha emergido como el epicentro del contagio de coronavirus en Massachusetts, de acuerdo con las últimas cifras del Departamento de Salud Pública.
Hasta el lunes en la mañana se habían reportado 541 casos de COVID-19 en esta ciudad de unos 40,000 habitantes, de los cuales 66 por ciento son latinos. Esto se traduce en 135 casos por cada 10,000 personas: la tasa de contagio más alta de todo el estado. En comparación, Cambridge, una ciudad de 105,000 habitantes con una densidad de población muy similar a la de Chelsea, reporta una tasa de apenas 25 casos.
“Hay demasiada gente que todavía está trabajando […] Cuando dicen ‘essential employees’ eso quiere decir la mayoría de la fuerza laboral de Chelsea”, dijo Maria Belen Powers, directora de la organización comunitaria Green Roots en Chelsea.
Según un análisis de los datos del censo proporcionados a WBUR por la ACLU de Massachusetts, casi el 80% de los trabajadores de Chelsea se consideran esenciales según el aviso de permanencia en el hogar del gobernador.
A esto se añade que, con frecuencia, los habitantes de Chelsea residen en apartamentos sobrepoblados, conviviendo con otras familias en espacios pequeños.
Gladys Vega, directora ejecutiva de La Colaborativa de Chelsea, describe la situación: “Vivimos en condiciones de hacinamiento. Dejamos que todos los amigos o familiares se queden en casa. Hacemos couchsurfing. Alquilamos una cama por la noche mientras trabajamos, alguien más está durmiendo en nuestra cama. Esa es la realidad de Chelsea. Encontré a 16 personas viviendo en un apartamento de dos habitaciones”.
Vega está contenta de que el estado esté lanzando una nueva plataforma en español para solicitar el desempleo. Pero ella dice que el 90% de los alimentos que reparten en su organizaicón todas las semanas se destinará a personas indocumentadas que no pueden calificar para ayudas por el desempleo. Y están demasiado asustados para solicitar cupones de alimentos porque podría poner en peligro su estatus migratorio.