El director de El Diario de Hoy de El Salvador, Fabricio Altamirano, llamó la atención sobre el respeto a los derechos humanos en el país centroamericano por la forma en la que se impuso la cuarentena para evitar la propagación del coronavirus.
“Preocupa el respeto a los derechos humanos (…) Lejos de estar siendo manejado esto de una forma con protocolos médicos, de separación de infectados, está siendo manejado con una visión militar, de retención de ciudadanos”, dijo Fabricio Altamirano durante una entrevista con la periodista Maibort Petit para el programa Historias de Cuarentena, transmitido el sábado.
El periodista salvadoreño comentó que las primeras medidas del gobierno, de cerrar las fronteras y restringir los vuelos internacionales, fueron audaces y correctas. Sin embargo, el tiempo ganado en demorar la llegada del virus no fue aprovechado para fortalecer el sistema de salud.
Las acciones de Bukele fueron de las primeras en el continente en materia de prevención contra el coronavirus, sin embargo, el mismo mandatario reconoció que la llegada de la enfermedad era inevitable. Se trata de una pandemia que tiene en vilo a naciones como Estados Unidos, Italia y España. Aun así, la tasa de contagios y fallecidos se mantiene baja en comparación con países que no adoptaron decisiones similares.
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Entrevista completa de Maibort Petit.
El gobierno salvadoreño reportó la noche del sábado, 4 de abril, un total 62 casos confirmados: de ese número hay 57 activos, 3 fallecidos y 2 recuperados. En Honduras, por ejemplo, contrasta un número de contagios mayor, con 268 y 22 muertos según cifras oficiales.
Altamirano resaltó que hubo personas detenidas por militares luego de entrar en vigor la cuarentena. Los funcionarios están desplegados en todo El Salvador por orden del presidente Nayib Bukele. Sostuvo que quienes cumplen el aislamiento social son vistos desde el punto de vista de la privación de libertad individual.
Advirtió que en los hoteles y albergues donde se alojó a personas que llegaron del exterior no hay pruebas médicas recurrentes ni servicio sanitario. A su juicio, se maneja con una lógica militar.
Recordó el caso de un hombre de la tercera edad que llegó sano y adquirió una infección urinaria en un centro en cuarentena. El estado de salud del paciente se complicó por no recibir atención médica, que exigió a gritos, y falleció de un ataque al corazón.
“Nadie estaba listo para una pandemia de esta naturaleza”, reconoció Altamirano. En referencia al sistema de salud, agregó que solo hay 14 respiradores mecánicos en todo El Salvador. Prevé que en los próximos días aumente el número de casos de COVID-19 cuando se realicen más pruebas de despistaje.