Quisiera comenzar por destacar el importante rol de la mujer en estas primarias y la altura que han demostrado las candidatas del partido Demócrata al ver frustradas sus esperanzas de llegar al Oval Office.
Llama la atención de una manera muy especial, la visible tristeza y decepción expresada durante las declaraciones de aceptación de la derrota tanto por Hilary Clinton en 2016 como por Elizabeth Warren, Kamala Harris y Amy Klobuchar, este año. Las lagrimas contenidas en los ojos de cada una de ellas, representan la frustración de sus compañeras de género al verse obligadas a abandonar la contienda. A todas les enviamos nuestro reconocimiento por su valiente lucha. Tenemos la convicción de que pronto será una mujer la líder del país mas poderoso del mundo. Confiamos que quien gane la candidatura Demócrata, escoja a una de ellas como su candidata a la vicepresidencia. Es lo justo, lo merecido y lo anticipado.
Luego del retiro de Elizabeth Warren y Michael Bloomberg la semana pasada, han quedado solo dos precandidatos en la contienda. Estos mantienen un enérgico forcejeo entre la revolución propuesta por Sanders y la moderación defendida por Biden. ¿Cuál de los dos tiene más probabilidades de derrotar a Donald Trump en noviembre? Luego de los resultados electorales de las ultimas dos semanas pareciera que una explosiva mayoría en todos los sectores ha decidido apostarle al segundo. Una verdadera revolución de la moderación.
Y es que hasta en temas icónicos como el sistema de salud, la gran mayoría de los votantes dijeron preferir el liderazgo de Joe Biden en momentos de crisis, específicamente en los retos de una pandemia como el coronavirus. En Michigan, por ejemplo, 41% de los que votaron dijeron preferir a Biden como presidente para manejar el sistema de salud. Solo el 31% prefirió a Sanders.
Recordemos que en Michigan estaba concentrada la atención de ambas campañas, no solo por ser el estado que más delegados repartía en la jornada (125), sino por el valor simbólico que representaba la sorpresiva victoria de Sanders en 2016, la cual fue sin duda un duro golpe para Hillary Clinton. Igualmente, era importante ganar con gran ventaja porque Donald Trump se impuso en 2016 en ese Estado por un margen de apenas 10 mil votos. Con razón, los demócratas aspiran esta vez lograr una victoria definitiva en noviembre. Si bien Sanders aparecía en las encuestas como el favorito, los resultados le otorgaron una amplia victoria a Biden, quien logró el 52.9% de los votos frente al 36.4% del senador de Vermont. Hay quienes aseguran que una de las debilidades de Sanders reside en que su gran audiencia son principalmente los millennials, y estos, desafortunadamente para él, son mucho más efectivos en las redes sociales que en los centros de votación. En Michigan, solo el 13% de los electores que se presentaron a votar se encuentran en el rango de edad entre los 18-29 años.
Biden también ganó en Misisipi (36 delegados) y Idaho (20 delegados). Particularmente en Misuri (68 delegados) el triunfo de Biden fue sorpresivo pues cuenta con áreas urbanas con muchos trabajadores sindicados que podrían favorecer a Sanders. El martes, éste solo logró imponerse en Dakota del Norte (14 delegados) mientras que en el estado de Washington, donde esperaba una gran victoria, la contienda fue muy cerrada.
Ante este sorpresivo éxito, Biden se apresuró a tratar de atraer a los partidarios de Sanders y expresó: «quiero agradecer a Bernie Sanders y a sus seguidores por su energía inagotable y su pasión”, dijo. “Compartimos un objetivo común” y les recordó que “juntos derrotaremos a Donald Trump”. En línea con su discurso conciliador también dijo: “Sabemos pelear”, añadió, “pero ahora debemos mostrar que sabemos también curar”. Igualmente, volvió a enfatizar que su candidatura es para aquellos que han sido “derribados, descuidados o dejados atrás”.
El próximo martes 17 de marzo se realizarán las primarias en los estados de Arizona, Florida, Illinois y Ohio. ¿Ganara la revolución o la moderación? Seguimos pendientes.
«Luego de los resultados electorales de las ultimas dos semanas, una explosiva mayoría en todos los sectores del Partido Demócrata ha decidido apostarle a Joe Biden para vencer a Trump en noviembre. La revolución de la moderación en pleno desarrollo”.