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Estadios llenos en Puerto Rico. Esa debería ser la prueba principal a favor de la Serie del Caribe y su reinvención como torneo internacional.

La competencia que esta semana se lleva a cabo en San Juan vive un nuevo aire, con el regreso de Panamá desde el año pasado, el estreno de Colombia y la disputa de un entretenido round robin, una eliminatoria todos contra todos en la que por primera vez en la historia de la cita se pautaron tres encuentros al día, con acción en la mañana, tarde y noche.

Apenas tres de los primeros 14 duelos terminaron con diferencia mayor a dos carreras. La fase regular resultó entretenida, a pesar de que los países recién llegados se despidieron con un balance discreto. Los Astronautas de Chiriquí, la tropa panameña, cerraron con foja de 1-4; los Vaqueros de Montería, el debutante colombiano, terminaron con 0-5.

Juan Francisco Puello Herrera, comisionado y principal dirigente de la Confederación de Beisbol del Caribe, cree que ambos países fueron “un hueso duro de roer”.

“Han dado la batalla”, sostuvo el ejecutivo, citado por la página de MLB en español. “Han mostrado calidad suficiente, de eso no hay dudas. Aquí hay un equilibrio. No van a encontrar “cenicientas” en la Serie del Caribe”.

Canaleños y neogranadinos repetirán en 2021. Las cuatro ligas que integran oficialmente la Confederación (México, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela) decidieron volver a invitarles, para repetir la experiencia en la cita que organizará la ciudad azteca de Mazatlán. Allá, en principio, volverán a disputarse tres cotejos por jornada, para celebrar luego semifinales y final.

Hace menos de una década comenzó la lenta transformación de la justa, con la promesa que dejó Puello Herrera después de otro fracaso deportivo y de público.

“Nunca más volveremos a tener un equipo que se titula campeón en el hotel, mientras ve el juego por televisión”, prometió entonces.

En 2013 se puso en práctica la disputa de un choque decisivo entre los dos mejores clubes de cada edición, colofón del tradicional todos contra todos, y desde 2014 acuden países invitados. Cuba participó como tal hasta 2019, aunque esta vez no tramitó las visas estadounidenses y faltó.

Miles de personas han sido testigos de un renacer en el parque Hiram Bithorn. La coincidencia de más equipos parece haber traído también más interés. La Isla del Encanto, otrora emporio beisbolero, había sufrido un retroceso en los diamantes. La fanaticada se había ido de los estadios. Pero esta vez respondió, coronando con un parque repleto este miércoles, en el duelo entre los Cangrejeros de Santurce y los Toros del Este. El choque entre de Puerto Rico y Dominicana ha vuelto a ser el clásico en la región.

“Se han llenado las expectativas que teníamos”, señaló Puello Herrera. “Estoy sumamente satisfecho. Ahora tenemos que trabajar para tener más países”.

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