En Latinoamérica es común toparse alguna vez con una pereza, un animal tropical caracterizado por sus lentos movimientos y su cara sonriente. Pero en lugares de clima frío o templado, estos animales son muy poco conocidos. Gracias al Zoológico de Nueva Inglaterra, es posible apreciar (¡y hasta dar de comer!) a una familia de perezas en Stoneham, Massachusetts, a escasos 25 minutos de Boston.

Siesta y Lunesta, las perezas del Stone Zoo
Siesta es el nombre de un bebé pereza que nació en junio en el Stone Zoo. Aún no es posible determinar su sexo, pues hay que esperar alrededor de un año hasta que sus genitales estén bien formados. Hasta entonces estará junto a sus padres, Nero y Lunesta, en el zoológico, disponible para quienes deseen visitarles.
Zoo New England participa en el Plan Linne de supervivencia de especies de perezosos de dos dedos (SSP), que es un programa cooperativo entre zoológicos coordinado a nivel nacional a través de la Asociación de zoológicos y acuarios (AZA). Los SSP están diseñados para mantener poblaciones de especies cautivas genéticamente diversas y demográficamente estables. El nacimiento es el resultado de una cría recomendada y es la cuarta descendencia de Nero y Lunesta.
La característica principal de una pereza es su lentitud. De acuerdo con Pete Costello, curador asistente del Stone Zoo, una pereza puede pasar hasta 10 horas en la misma posición, en el mismo lugar. “Viven en el mismo árbol hasta que se comen toda la comida que este puede ofrecerles. Una vez a la semana bajan para hacer sus necesidades, y entonces se mudan a otra casa, es decir, otro árbol”, cuenta. Hacen esto cavando un hoyo en la base del árbol, y tapándolo después.
“Como con cualquier bebé nuevo, estamos monitoreando de cerca su salud. El bebé ha estado bien y es brillante y activo», dijo Pete, y agregó: «Lunesta es una madre con experiencia y ha estado cuidando mucho a este bebé».
Sus patas traseras son más cortas, y las delanteras, que parecen más bien brazos, tienen uñas largas y gauchadas que les permiten agarrarse a los árboles para movilizarse, así como usarlas como arma de defensa.
Los perezosos comen principalmente una dieta vegetariana (a la familia del Stone Zoo les gustan mucho las batatas y las uvas) y pasan aproximadamente 15 horas al día durmiendo. Aunque viven en árboles, los perezosos no están relacionados con los monos; más bien, sus parientes más cercanos son el oso hormiguero y el armadillo.
El motivo por el que son tan lentos es porque disponen de muy poca masa corporal. Esto no permite que tengan mucha energía, por lo que deben aprender a administrar la cantidad que la naturaleza les aporta cada día. ¿Cómo lo hacen? Con movimientos lentos.
Pete nos explica que las perezas se sienten más protegidas en las alturas de los árboles que en la superficie del suelo, y es por esto que viven allí. Una vez que están en el suelo, son muy lentos y vulnerables a los depredadores, ya que no están diseñados para caminar. Sin embargo, a pesar de su lentitud, “pueden ser rápidas cuando lo necesitan”. Si se sienten atacadas, son capaces de actuar con sus uñas mucho más rápido que un gato.
Dicen que podemos aprender algo de todos los animales, y de la pereza podemos tomar el consejo de no gastar tiempo y energías en lo que no vale la pena, de disfrutar cada momento y solo darse prisa cuando sea necesario.
Si usted desea visitar a esta familia de perezosos de cerca y darles de comer, es posible hacer un tour especial para grupos pequeños, llamado “Behind the Scenes”. También es posible visitar, con esta opción, las perezas que están en el Franklin Zoo. Para más información visite www.zoonewengland.org/discover/behind-the-scenes-tours.