El sorpresivo resultado de las primarias abiertas y obligatorias (PASO) en Argentina el pasado 11 de Agosto de cara a las elecciones generales del 27 de octubre, ha dejado al mundo financiero en ascuas y al político, desconcertado. No estaba fuera de los cálculos una posible victoria de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner del Frente de Todos. Sin embargo, lo que no se esperaba y tampoco había sido previsto por ninguna encuestadora, fue el aplastante triunfo de la fórmula peronista contra el gobierno actual.
La alianza Fernández- Kirchner logró una victoria de 15 puntos en la elección primaria nacional (47,65% vs. 32,08%) contra Mauricio Macri. Los mercados financieros reaccionaron inmediatamente con una vertiginosa caída del 48%, la mayor en los últimos 70 años de la historia de ese país. Por otra parte, intelectuales, analistas y políticos alertan sobre lo que le sucede a las sociedades cuando idolatran a sus ladrones. Como en los tangos, la política en la Argentina parece guiada por la tragedia. Es una sociedad que al olvidar su historia, está condenada indefectiblemente a repetirla. Lo que ha sucedido con estas primarias nos hace recordar la famosa frase de la resistencia peronista por allá en 1955: “Puto o ladrón, queremos a Perón.” La historia se repite y la Argentina se lanza por el mal camino otra vez.
Según analistas, la deuda externa creció de $150 mil millones en 2003 a $250 mil millones en 2015. Y es que los populistas gastan más de lo que pueden y se endeudan hasta que no pueden más, es decir, hasta que pierden la confianza de los mercados financieros internacionales. Mauricio Macri (primer presidente no peronista electo en Argentina desde 1916) heredó una situación muy difícil de falta de acceso a los mercados y no le quedaba otra alternativa que ajustar los precios para recuperar la confianza perdida. Ante la realidad que enfrentaba solo podía escoger entre hacer un ajuste rápido, de shock, de esos que el pueblo pocas veces perdona o uno gradual. Optó por el segundo y tampoco se lo perdonaron.
Si Fernández es electo presidente, lo más probable es que él y Kirchner deshagan el progreso que en materia de recuperar credibilidad internacional ha logrado Macri desde su elección en 2015. Eso incluye el rescate financiero que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le otorgara el año pasado a la Argentina por un valor de $ 56 mil millones. Si Fernández gana en Octubre, podría intentar renegociar dicha deuda del país con el FMI. Asesores cercanos al candidato presidencial, Alberto Fernández, ya han adelantado que procurarán modificar el acuerdo «porque pensamos que por este camino no se están logrando los objetivos de estabilización y crecimiento”.
En los meses que quedan hasta las elecciones en octubre, el gobierno argentino aspira repetir lo que les sucedió en el 2015 cuando ganaron las elecciones en la segunda vuelta a pesar de haber perdido en las PASO. Esto es probable aunque bastante cuesta arriba, en primer lugar porque los márgenes fueron mucho menores en ese entones y en ese momento Macri se presentaba como una novedad frente a más de una década de gobiernos kirchneristas desprestigiados por acusaciones de corrupción. Recordemos que Cristina Kirchner y sus hijos Máximo y Florencia han sido sujetos a investigación desde 2014 por presunto lavado de dinero con la compra de hoteles, para justificar el cobro de dinero proveniente de sobreprecios en obras públicas. Pareciera que los ladrones regresan al poder porque el pueblo les perdona que roben siempre y cuando “repartan”.
Estaremos atentos en los próximos meses del acontecer político y económico en la Argentina, hermano país al cual le deseamos lo mejor. Mientras tanto la encrucijada política actual se debate entre dos famosos tangos: “Volver” y “Uno”. El presidente Macri le va la letra de “Uno busca lleno de esperanzas…”, mientras Cristina Kirchner le replica: “Volver…con la frente marchita”, pero volver ¡Buena suerte Argentina!