“Como una a veces es pobre yo dije: así le voy ayudar a mi mamá”. “Yo quería acompañarme… porque me enamoré de él quizá”. “Mucho me pegaban… Mi mamá y mi hermano porque me molestaba, pero ahora entiendo que metí la pata”. Estas son algunas respuestas de niñas salvadoreñas que se vieron forzadas a casarse o a unirse cuando tenían entre 10 y 15 años. El rango de edad de sus parejas era de entre 16 a 60 años.
Ellas fueron entrevistadas en 2018 como parte de una investigación sobre matrimonios y uniones forzadas de niñas, la cual fue realizada por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) y la organización Plan Internacional en ocho países: El Salvador, Honduras, Nicaragua, Guatemala, Brasil, Bolivia, Perú y República Dominicana.
El estudio reveló que América Latina y el Caribe es la única región del mundo en donde en los últimos 10 años no se ha registrado descensos significativos de los matrimonios y uniones infantiles forzadas.
En todo el continente, en 2017, el 23 % de las mujeres de 20 a 24 años estaban casadas o en uniones antes de los 18 años y el 5 % a los 15.
Los países con la mayor prevalencia de mujeres de 20 a 24 años que se casaron o formaron uniones antes de los 18 años son República Dominicana y Brasil, con 36 %; Nicaragua, con 35 %; Honduras, con 34 %; Guatemala, con 30 %; y México y El Salvador, con el 26 %.
Nuestro país, hace siete años, tenía un 33 % de casos de niñas acompañadas con adultos. Adolfo Vidal, gerente de Influencia de Plan Internacional, reconoce que ha habido una “disminución significativa”, pero señala que no es suficiente ni va de la mano con los esfuerzos que se han hecho para enfrentar el fenómeno. Entre ellos están la creación de la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia y la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres. Además, el país ha ratificado convenios internacionales que velan por los derechos de los menores de edad.
“Yo quisiera que pudiéramos decir que bajamos un 30 % o un 15 % . A pesar de tener normativa contundente, desde hace tiempo pudimos haber tenido mejoras sustantivas”, opina Vidal.
La forma de pensar de las personas, la falta de legislación y los patrones sociales y culturales han obstaculizado la erradicación de este fenómeno.
La violencia social, ejercida principalmente por las pandillas, es otro factor que según Plan Internacional impide una disminución significativa de las uniones tempranas en el país (ver nota aparte).
Los responsables del estudio sostienen que la invisibilidad del problema además se debe a la falta de datos a largo plazo y a que la información básica sobre el matrimonio infantil no se actualiza con regularidad o no está disponible.
Fuente: El Salvador