Los problemas personales entre la madre de los dos policías y dos inquilinos de un mesón que ella administraba fue el detonante para que fuera asesinada, según las investigaciones preliminares de la Policía.
El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Rogelio Rivas y el director de la Policía, Mauricio Arriaza Chicas, coincidieron en que el asesinato de Flor Marina Méndez, de 54 años, se trató de un hecho de violencia social.
“Tenían problemas con los vecinos, se discutieron, al parecer venían con conflictos desde semanas atrás y los homicidas confesaron que habían sido ellos los que habían planificado el hecho”, dijo Rivas, quien agregó que se descarta que el crimen de Méndez se haya derivado por ser madre de dos agentes de la Policía.
Las investigaciones preliminares apuntan a que Méndez administraba un mesón del cual su esposo es el propietario.
Los detenidos fueron identificados como Juan Carlos Díaz Nájera y Marlene del Carmen Flores Díaz, son compañeros de vida e inquilinos de la víctima.
Los problemas entre Méndez y los capturados surgieron porque éstos últimos se atrasaban en el pago del alquiler del apartamento donde residían, por lo que ella siempre les exigía que fueran puntuales con los pagos. Esa situación provocó roces y discusiones entre la víctima y los detenidos.
La noche del domingo, la señora Méndez salió a comprar pan a una tienda cercana y cuando regresaba fue raptada por Juan Carlos y un pandillero de la mara Salvatrucha (MS) que todavía no ha sido capturado.
A la mañana siguiente, vecinos del sitio hallaron el cadáver de Méndez que estaba al fondo de un barranco al final del pasaje cuatro de la colonia IVU en Juayúa, Sonsonate.
Las autoridades presumen que Juan Carlos y el pandillero le causaron una herida de arma blanca en el cuello a Méndez y luego la lanzaron al barranco.
En los próximos días, Díaz Nájera y Flores Díaz serán llevados a los tribunales de justicia para que respondan por el asesinato de la madre de los dos policías.
Fuente: El Salvador