Carlos Santos Györi es un venezolano, productor musical, ingeniero de masterización y editor de audio para el genial tecladista de jazz Santiago Bosch y bandas como Santoral o Chuchuguaza Style. Él apartó un buen rato de su tiempo de sesión para conversar con nosotros, con el fin de compartir su experiencia, perspectivas y nuevos proyectos desde que reside en los Estados Unidos.
• ¿Cómo te iniciaste en el mundo de la producción musical y la ingeniería de audio?
CS: Comencé a estudiar música desde muy pequeño y los sonidos siempre me han producido mucha curiosidad. Luego de haber escuchado una buena cantidad de discos, me preguntaba cómo se lograba ese sonido tan perfecto, tan “armado” de los discos de estudio o incluso de muchos discos en vivo. No sólo me llamaba la atención la música propiamente dicha, sino el sonido en sí mismo: los timbres de los instrumentos, las diferentes frecuencias… en fin, el carácter sónico de las grabaciones. Durante algunos años estudié de forma independiente, siempre tratando de entender lo que hacían algunos productores e ingenieros amigos, algunos de los cuales fueron mis profesores de música.
Avancé todo lo que pude hasta que entendí la importancia de formarme bajo un programa más organizado. Entonces entré a varios programas impartidos en Future Media Concepts (New York, NY), incluyendo los de Producción Musical en Logic Pro, ofrecido por Apple/Pearson Education. Esto fue lo que me resultó más apasionante..
• ¿Cómo aprendiste acerca de esas cosas que no aparecen en los libros? Relacionar el aspecto técnico del sonido con las composiciones, por ejemplo…
CS: Creo que eclecticismo en los gustos musicales tiene un rol fundamental allí pero principalmente, el indagar lo más posible sobre el sonido de cada una de las décadas aporta gran valor. Dicho esto, coincidamos en que la ingeniería está allí para servir a la sonoridad y debe constituir una ayuda para potenciar la expresión del artista, no al contrario.
• ¿En qué proyectos has estado trabajando desde tu llegada a los Estados Unidos?
CS: En este momento estoy terminando la masterización de un par de álbumes de J. Byrd Fuddly y Side of Shara, artistas de Khind-of Records, un reconocido sello indie del noroeste de EEUU. He estado trabajando con ellos durante algunos años, tanto en masterización como en edición de audio. El sello es muy prolífico: cuenta con decenas de artistas en diversos géneros: Country, Americana, Psych Rock e incluso Trash Metal.
Desde hace poco, he estado trabajando en un nuevo proyecto de Frank Quintero, llamado Signos de exclamación/La otra América, que incluye «covers» de tributo a sus artistas Latinoamericanos favoritos. Ya puedes escuchar su versión de Es Por Ti (de Juanes) en YouTube y otras plataformas.
• En los proyectos en los que haces el papel de productor, ¿cómo te relacionas con los músicos al momento de darle forma a la música?
CS: Siempre pienso en tres niveles de conexión entre el productor o ingeniero y el artista: El nivel humano, que permite estar de acuerdo sobre la identidad, la visión y la intención del artista. El nivel musical en lo que se refiere al estilo o género, que nos permite coincidir o discutir sobre todo lo referente a la composición en sí, que pueda beneficiar al producto final; y por último, el nivel sónico propiamente dicho: allí intercambiamos ideas sobre cuál debe ser la sonoridad final del producto. Escucho las ideas y sugerencias del artista y a cambio le doy feedback y una especie de catálogo sonoro hecho a la medida, que le permita escuchar algunas ideas ya materializadas.
• El ingeniero de sonido debe balancear muy bien la parte artística del trabajo con la parte técnica, ¿cómo balanceas ambas partes en el ambiente de trabajo?
CS: Es una excelente pregunta. En las discusiones artísticas o técnicas durante la realización de un proyecto, se intenta llegar a un consenso entre el artista, el productor y los ingenieros de mezcla/masterización sobre el enlace entre el arreglo musical y los aspectos que se manejan desde ingeniería del audio, todo con el objetivo de conseguir una obra que resulte satisfactoria a nivel tanto en composición, como en interpretación y sonido.
• ¿Qué planes tienes para el futuro?
CS: Desde hace algunos años, he estado dedicándome también a la producción artística y técnica de los shows de Frank Quintero en su serie Frankamente, un concepto nuevo, combinación de músico y cuentacuentos, con participación del público.
Cada show ha traído enseñanzas profesionales y personales únicas, no sólo por el show en sí mismo y la calidad profesional de Frank, sino también por lo emocionante que es conocer otros Venezolanos en cualquier ciudad del mundo a la que vayas, luchando cada día para avanzar y comenzar sus vidas de nuevo. Cada encuentro es como una reunión familiar, siempre jovial y emocionante; nos hacemos amigos de nuestras audiencias. Nos invitan a sus hogares, a compartir en su mesa con su familia y amigos. Cada show es como estar sentados en la sala de un hogar venezolano, la alegría es contagiosa y la nostalgia se pierde entre risas y recuerdos.
El show ha viajado por diversas ciudades en los Estados Unidos, así como a México, Panamá, Chile y otros países, con agendas por confirmarse para otras ciudades de Latinoamérica y Europa.