Los profesores que atienden a estudiantes migrantes y refugiados carecen de la preparación necesaria y es pertinente dotarlos con una mejor formación, según indica un nuevo documento publicado por el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo de la Unesco, con motivo del Día Mundial de los Refugiados conmemorado el jueves 20 de junio.
La Unesco argumenta que muchos de estos menores sufrieron experiencias traumáticas antes de abandonar sus hogares, durante su travesía o en el proceso de establecerse en un nuevo entorno o país y “desarrollan estrés tóxico con consecuencias negativas que también afectan a su capacidad de aprender”.
El conflicto de larga duración en Siria sirvió como referente para la creación de un documento que busca proporcionar una mejor formación para los docentes, de manera que estos puedan ofrecer apoyo psicosocial a los menores que sufrieron situaciones traumáticas.
Un claro ejemplo de la difícil situación a la que se enfrentan los profesores, lo proporciona Jenny Caroline Herbst, maestra de una Clase de Bienvenida para recién llegados a Alemania.
“Tuve un alumno que estuvo detenido en Iraq: si le gritabas, salía corriendo de la habitación y no regresaba. No he recibido ningún tipo de formación específica. Y sí, me sentí abrumada”
“A menudo, los maestros no se dan cuenta de que los niños traumatizados no pueden aprender como los otros niños. Estos niños a menudo se han convertido en jefes del hogar y a menudo carecen de un entorno seguro en el que sanar su trauma”, añadió.
Las cifras recopiladas por la Unesco señalan que, en Alemania, una quinta parte de los niños refugiados padecen trastornos de estrés postraumático, la misma situación en la que se encuentran en Noruega una tercera parte de los 170 niños no acompañados solicitantes de asilo y que proceden de Afganistán, Irán y Somalia.
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