El 30 de abril marcó un antes y un después para la prensa venezolana. Los militares que se sumaron al presidente encargado Juan Guaidó para desconocer a Nicolás Maduro eran los encargados de la seguridad del Palacio Federal Legislativo, donde está la sede de la Asamblea Nacional, hoy día, custodiada por nuevos uniformados, con acciones más radicales.
Por segunda vez los efectivos castrenses le impiden a los trabajadores de la prensa ingresar a darle cobertura a la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional. El pasado 8 de mayo la negativa fue contra la prensa libre; los seguidores del chavismo, que tienen espacio televisivo en el canal del Estado, sí pudieron pasar y en medio de sabotaje, opacaron las declaraciones de voceros que burlando la censura, ofrecieron detalles.
Este miércoles 15 de mayo, el mayor de la Guardia Nacional, Leonardo César Malaguera Hernández, fue quien lideró la acción en contra de la prensa y bajo amenaza de prisión, ordenó a los periodistas desalojar una avenida donde había tránsito vehicular y peatonal, pero la prensa no podía ingresar.
Las acciones que impulsan estos militares responden a un sistema totalitario que vulnera derechos y principios democráticos.