Unos 500 salvadoreños que salieron en caravana el pasado domingo rumbo a Estados Unidos han solicitado asilo en México, informó ayer la viceministra para Salvadoreños en el Exterior, Liduvina Magarín.
La funcionaria explicó que más de 300 migrantes “pasaron haciendo la solicitud de asilo” el martes y “fueron chequeados por las autoridades y llevados a albergues” en territorio mexicano. Añadió que este miércoles otros 200 salvadoreños tramitan su pedido de asilo en México, y que la respuesta oficial de ese país puede demorar hasta 45 días.
“Las autoridades han decidido que, mientras esperan la decisión final de si califican o no (para el asilo), van a tener libre movilidad dentro del estado de Chiapas” y que pese a las “limitaciones” que esto implica “van a estar protegidos”, sostuvo.
Los salvadoreños se sumaron así a dos caravanas que salieron de Honduras, la primera el pasado 13 de octubre, con dirección a Estados Unidos, y que marchan actualmente por México tras pasar por Guatemala.
El Gobierno de Donald Trump ha criticado duramente a los gobiernos centroamericano por no impedir la salida de sus connacionales, y confirmó el martes que desplegará al menos 5,239 militares en la frontera con México para evitar la entrada de los migrantes.
Trump aseguró el martes además que quiere poner fin al derecho a la ciudadanía para los nacidos en el país, lo que ha suscitado numerosas críticas y supone un aumento de su tono antiinmigración, en medio de la campaña de las elecciones legislativas.
Pide no dejarse engañar
Por otro lado, Magarín, pidió a los migrantes que sean “honestos” y que “no armen una leyenda” para justificar su salida del país en caravanas rumbo a Estados Unidos.
“Decirle a la población salvadoreña que es importante cuidar a los niños, que eso también es responsabilidad de ellos y que no se dejen engañar y que no armen una leyenda para justificar su migración, que seamos honestos”, dijo la funcionaria en conferencia de prensa.
Magarín puso en duda las razones expuestas ante los medios de comunicación por parte de los migrantes, quienes señalan que salen del país principalmente por la violencia de las pandillas, que sitúa a El Salvador como uno de los países más violentos del mundo, y la falta de trabajo.
“En mi experiencia todos dicen que van por un problema de seguridad”, pero al ser deportados “la posición de la gente varía, ya es más un tema económico la variable principal”, añadió la funcionaria.
Apuntó que “en el momento que aparezcan personas con necesidades de protección por problemas de inseguridad, que tengan por seguro que los vamos atender, que se les va apoyar y dar la seguridad para que nos les ocurra nada de lo que están sospechando”.
Por ElSalvador.com