Los Medias Rojas ganaron 108 veces en la temporada regular, impusieron un récord para la franquicia y empataron el octavo lugar entre los equipos con más triunfos en una zafra. Lo hemos repetido tanto, que quizás ya canse. Eso fue entre marzo y septiembre. Pero es en octubre cuando vale la pena ganar. Lo demás se olvida. El verdadero desafío comienza ahora.
La tropa de Alex Cora ha demostrado desde el inicio que es un equipo competitivo, avasallador para casi cualquier rival. Pero también tiene flaquezas que necesariamente debe vencer, para poder celebrar.
El Planeta te trae las cinco dudas que Boston tiene que desvanecer, para alcanzar la Serie Mundial:
¿Cuántos ases tiene la rotación?
Las series cortas se ganan con ases. No importa cuánto se batee, hace falta abridores que lleguen lejos y entreguen la pelota al bullpen con ventaja. Chris Sale no necesita justificar nada, por más que a algunos les haya preocupado la merma de su velocidad en su última apertura del torneo regular. Pero ¿qué tal Rick Porcello? ¿Y David Price? El primero cerró con 4.28 de efectividad y fue el pitcher con más jonrones recibidos en el staff. El segundo tuvo un FIP de 4.02 y a menudo no se vio como el viejo Price de antes, el que ganó el Cy Young y brilló luego en Detroit. Para evitar sobresaltos, Cora necesita que los tres le ofrezcan dominio y estabilidad.
¿Cumplirán Eduardo Rodríguez y Nathan Eovaldi?
El zurdo venezolano llegó a ser el serpentinero más estable en el staff después de Sale, hasta que un esguince le llevó a la lista de incapacitados. A su regreso, mezcló buenas y malas salidas, sin tiempo suficiente para retomar el ritmo. ¿Fue suficiente una semana para acostumbrarle al rol de apagafuegos? ¿O Cora se arriesgará a usarle como cuarto en la rotación? Porque tiene a un Eovaldi que lució sólido en la recta final, con una brillante efectividad ajustada de 132 en Boston que sólo está a la zaga de Sale y su dominio en la hora pequeña ocurrió contra posibles rivales directos. ¿De dónde nace, entonces, la duda con él? Pues precisamente del hecho de que su mejor cara floreció justo en septiembre. ¿Es ese el rostro que mostrará en octubre, o volverá a ser el pitcher discreto de antes, el que luchaba para recuperarse de recurrentes problemas en el codo?
¿Es Sandy León un catcher para esta instancia?
El venezolano causó temores en la afición gracias a un slump de 30 turnos sin hits en el último mes de la ronda eliminatoria. Nunca ha sido un catcher de todos los días en una justa completa y su average de por vida es de .226, una cifra que, sin embargo, supera ese de .177 con que cerró en 2018. ¿Por qué juega, entonces? Por su defensa. Sus pitchers lo adoran. Pero esta es la instancia en la que debe demostrar que ese afecto tiene bases ciertas.
¿Qué pasa si no batean Betts y J.D.?
Abundan los casos de célebres peloteros que dejaron de producir precisamente al llegar la postemporada. ¿Quién no recuerda la frustración que alguna vez sufrió Alex Rodríguez, o Barry Bonds? ¿Y qué pasa si Mookie Betts y J.D. Martínez se apagan en el momento justo? Boston tiene suficiente profundidad, pero en un caso así, esta quedará a prueba.
¿Es suficiente este bullpen?
Es la mayor duda de todas. Incluso si Eduardo Rodríguez se convierte en un relevista dominante, todo estará perdido —la buena labor de los abridores, el manejo del juego y la defensa, la explosión del lineup— si los apagafuegos no pueden sostener las ventajas. El cerrador Craig Kimbrel es una roca y Ryan Brasier ha sorprendido para bien. Pero el resto del cuerpo de bomberos tiene a partir de ahora mucho que demostrar.