Mookie Betts regresó al outfield este domingo, una semana después de abandonar lesionado el encuentro de los Medias Rojas, y lo celebró con fuegos artificiales, nada menos que cuatro cohetes que hizo sonar con el madero, para incrementar su ventaja en el liderato de bateo de la Liga Americana.
El jardinero, que estuvo limitado al rol de designado desde su reaparición, el miércoles, subió a siete el número de encuentros con cuatro hits en esta temporada, máxima cantidad en el joven circuito y tope personal en su carrera.
Boston no consiguió la victoria dominical sobre Cleveland, postergando un día más la posible fiesta por el récord de triunfos en una campaña para la franquicia, impuesto en 1912 con 105 e igualado en esta zafra. Pero aunque Betts no pudo sonreír en lo colectivo, en lo individual quedó un paso más cerca del MVP.
El gran favorito para el premio al Jugador Más Valioso de la Americana —incluso por arriba de su compañero J.D. Martínez— comienza la última semana de la fase regular con .343 de average, 46 dobletes y 123 anotadas. Es el mejor en los primeros dos departamentos y marcha segundo en el tercero, a una rayita del dominicano Francisco Lindor, de los Indios.
No sólo la botó otra vez ante los indígenas, también agregó dos tubeyes más. Tiene dos encuentros consecutivos con jonrones, para sumar 31 en 2018.
Con 1.070 de OPS, escolta muy cercano de Mike Trout, y 10.2 de WAR, la máxima cifra en la cuenta de Baseball Reference, parece que muchos lazos quedaron atados en la entrega de los galardones finales gracias a su cosecha de este domingo.
