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Boston ganó su décimo banderín divisional y en la cara de los Yanquis

Los Medias Rojas tocaron fondo en 2014 y 2015, y lo hicieron literalmente: Ocupaban en el sótano de la División Este de la Americana, no estaban por encima de nadie. Después de aquellos días de oscuridad, la historia actual no puede haber tenido un cambio más radical.

Boston está inundado por la lluvia de champán y cerveza que provocó la celebración del tercer banderín divisional de sus patirrojos. Es el décimo en la historia de la organización, y lo poético es que fue conseguido en Nueva York, en la casa de los Yanquis, el más grande enemigo.

La victoria que le permitió a los Medias Rojas mantener su régimen en el Este fue comandada por Mookie Betts, uno de los favoritos para ganar el Jugador Más Valioso del circuito, quien se fue de 5-4, incluidos dos dobles y su jonrón 30. Impulsó cinco de las carreras bostonianas; la pizarra quedó 11 a 6.

Betts, que se perdió el primer choque de la semana por dolores en uno de los costados, está a dos bases robadas de lograr una campaña 30-30.

Los festejos fueron pospuestos en los dos primeros encuentros de la serie en Nueva York, gracias a la resistencia de los Yanquis que, casualmente, es el equipo que más veces ha ganado la División Este del nuevo circuito: en 18 oportunidades.

La primera vez que los Medias Rojas obtuvieron el banderín fue en 1975. Luego lo lograron en 1986, 1988, 1990, 1995, 2007, 2013, 2016, 2017 y este año, obviamente.

Antes de ambicionar la Serie Mundial, los BoSox deben tratar de pasar las Series Divisionales, instancia en la que se han quedado por dos años seguidos.