El invierno es la temporada de los resfriados y la gripe. Además de las vacunas contra estas enfermedades, existen ciertas acciones que puedes tomar para reducir las probabilidades de que caigas en cama. El Planeta te ofrece una lista de alguna de ellas.
Lava bien tus manos – Aunque la mayoría de las infecciones se transmiten principalmente por el aire, los gérmenes también pueden transmitirse por contacto físico e ingresar al cuerpo cuando las manos infectadas tocan partes vulnerables como nuestros ojos, boca y nariz. A pesar de que estas áreas poseen mecanismos de defensa como la mucosa o los vellos, a veces no es suficiente. Lava tus manos varias veces al día con agua y jabón por al menos 20 segundos, y sécalas con toallas desechables o toallas limpias. Esto puede reducir significativamente las posibilidades de contraer un virus, especialmente el rotavirus, que tiende a infectar a los niños y causa vómitos y diarrea. Si no tienes agua y jabón disponibles, usa un desinfectante para manos a base de alcohol que contenga al menos un 60 por ciento de este componente.
Mantente caliente – En el otoño, las personas usualmente están cómodas con el clima templado y no suelen estar preparadas para los cambios bruscos de temperatura baja, lo cual puede ocasionar escalofríos, debilitando el sistema inmune y haciéndolas más propensas a resfriarse. Además, los niveles más bajos de luz solar y los niveles alterados de hormonas como la melatonina y la serotonina afectan negativamente el rendimiento del sistema inmune. Perdemos hasta el 30 por ciento del calor de nuestro cuerpo a través de nuestras cabezas, así que es recomendable usar gorro.
Toma mucha agua – El agua ayuda a que los riñones funcionen correctamente y elimina las toxinas que se acumulan en el cuerpo. Si tienes un resfriado, estar deshidratado hace que tu moco se vuelva más seco y más espeso, siendo menos capaz de hacer frente a la invasión de bacterias y virus. Beber mucho líquido ayudará a eliminar la infección.
Evita la muchedumbre y la calefacción seca – El contacto entre las personas aumenta en el invierno, haciendo de esto un ambiente propenso para las infecciones. Los trenes abarrotados y los sitios con poca ventilación, las tiendas llenos de compradores y las personas que se reúnen para celebrar hacen que sea más probable que se contagien los resfríos. Estudios han demostrado que las partículas del virus de la gripe exhaladas por una persona enferma viajan al menos una distancia de seis pies.
La calefacción central reduce las defensas y afecta el sistema respiratorio secando la mucosa protectora en nuestros conductos nasales. El aire seco y cargado de la calefacción central también puede provocar dolores de garganta y agravar las molestias en el pecho, como el asma. Para evitar esto, utiliza un humidificador.
Toma vitaminas – Usualmente en el invierno es cuando menos comemos vegetales y frutas frescas, y es cuando más necesitamos de las vitaminas que ellos nos ofrecen. Tomar un multivitamínico ayudará a compensar la falta de estos nutrientes, ayudando a combatir cualquier virus.
Los suplementos probióticos también son recomendados ya que estas bacterias «amistosas» son cada vez más reconocidas por su importancia no solo para mantener un sistema digestivo saludable, sino también para mejorar los mecanismos naturales de defensa del organismo.
Haz ejercicio – Existen células naturales del cuerpo que tienen como fin eliminar las células malas de las posibles infecciones. El ejercicio regular moderado aumenta el número de estos linfocitos en el torrente sanguíneo, en la capa de la mucosa de la nariz y las vías respiratorias, viajando por nuestro cuerpo atrapando invasores extraños como bacterias y virus.
Descansa el cuerpo – Estudios demuestran que no dormir lo suficiente está relacionado con un mayor riesgo de contraer un resfriado o la gripe. Los estados de ánimo también afectan nuestra capacidad para combatir las infecciones, y si te sientes estresado o cansado es más probable que te enfermes en comparación a la capacidad del cuerpo de combatir infecciones como cuando te sientes feliz, relajado y descansado.
Vacúnate – Los Centros para el Control de Enfermedades (CDC en inglés) realizan estudios todos los años para determinar la efectividad de la vacuna contra la influenza. Si bien la efectividad puede variar, estudios recientes han demostrado que la vacuna contra la influenza reduce el riesgo de contraer la enfermedad en un 40% a un 60% en la población general durante las temporadas en que la mayoría de los virus que circulan coinciden exactamente con la vacuna contra la influenza. En general, las vacunas actuales contra la influenza funcionan mejor contra los virus de la influenza B y la influenza A(H1N1) y ofrecen menor protección contra los virus de la influenza A(H3N2).