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Cinco latinas demandan a famosa cadena de restaurantes por acoso sexual

Fabiana Santos, una mujer brasileña que estuvo empleada por 13 años como preparadora de comida en la cadena de restaurantes McCormick & Schmick’s en Boston, no tiene los mejores recuerdos de su antiguo lugar de trabajo.

«Había empleados, incluyendo mi supervisor, que me hacían comentarios sexuales asquerosos», cuenta. «Recuerdo que un hombre se acercó a mi, me presionó contra la mesa y rozó su pene con mis nalgas. Ese mismo hombre me dijo ‘Ay mi amor, yo quiero comerme tu [palabra vulgar para nombrar su vagina en portugués]'».

Marta Romero, de Chelsea, otra empleada que trabajó por 4 años en el mismo establecimiento, recuerda la vez que su supervisor le pidió que fuera al interior de la alacena para organizar los vinos, la siguió y le «toqueteó los senos».

Santos y cuatro mujeres más que hacían trabajos de baja remuneración en la sucursal de Faneuil Hall en Downtown Boston descubrieron, hablando las unas con las otras, que eran objeto de acoso sexual por parte de diferentes jefes, en diversas áreas de trabajo en el mismo restaurante.

Al hablarlo con sus gerentes, nada cambió. «Lo reportamos al restaurante. Nosotros nos reunimos con un mánager y le hicimos saber por los que estábamos pasando. Y ni así se detuvieron, los acosos siguieron», explicó Gladys Fuentes, otra de las afectadas, residente de East Boston.

Eventualmente, el departamento de recursos humanos de McCormick & Schmick’s llevó a cabo su propia investigación, y se tomaron algunas acciones, aunque se «desacreditó la versión de las víctimas y se negó que hubo acoso sexual», según se lee en el texto de la demanda.

Las 5 mujeres latinas introdujeron este martes una demanda en contra de McCormick & Schmick’s por acoso sexual, bajo la asesoría del Lawyer’s Committee for Civil Rights and Economic Justice, una organización de Boston cuya misión es fomentar la igualdad de oportunidades y lucha contra la discriminación en nombre de las personas de color y los inmigrantes.

McCormick & Schmick’s es una cadena de restaurantes de lujo con 51 establecimientos en todo el país, y es una filial de Landry’s Inc., que opera más de 500 locales de comida en Estados Unidos y otros países, incluyendo marcas como Landry’s Seafood, Oceanair, Rainforest Café, entre otros.

«Me sentí muy impotente, como un objeto o un animal que no vale nada», comentó Romero a los periodistas en una rueda de prensa en la sede de la organización. «Quiero decir esto para que muchas otras personas que trabajan en esas áreas tengan la oportunidad de hablar de todo lo que pasa en este tipo de trabajos y sepan que hay justicia y que no se puede callar», agregó.

Sophia Hall del Lawyers Committee, una de las abogadas que presentaron la demanda de hoy, dijo: «En la avalancha de historias recientes de mala conducta sexual en las industrias de cuello blanco, es fácil pasar por alto a las mujeres más vulnerables». Opinó que sus clientes trabajaron en puestos de bajos salarios, como lavaplatos, limpiadoras y cocineras, y todo lo que querían era mantenerse a sí mismos y a sus familias. «Sin embargo, fueron sometidas a un lugar de trabajo tóxico lleno de comportamiento lascivo, comentarios sexualmente inapropiados y contacto no deseado», agregó Hall.

La abogada citó otros ejemplos de la demanda que incluyen al Chef Ejecutivo del restaurante que presuntamente se tocó sus genitales mientras le decía a una de sus empleadas «esta es tu comida». O un supervisor que le dijo a otra trabajadora, refiriéndose a otro compañero: «aprovecha que él no tiene dientes y y el sexo oral será muy bueno – él no te va a morder».

Rachel Smith, otra abogada trabajando en el caso, explicó que bajo la ley de Massachusetts, las empresas son responsables del comportamiento de sus gerentes y supervisores, incluso si no tienen conocimiento. «Esta demanda es una muestra para todos los empleados, incluyendo los de bajos recursos, de que si sus empleadores permiten que este ambiente de acoso sexual florezca, hay consecuencias legales».

Esta demanda fue introducida en la Corte Superior de Suffolk.

En la industria de restaurantes, que emplea a muchas mujeres e inmigrantes con salarios bastante bajos, el problema es especialmente pronunciado. Dos tercios de las trabajadoras de restaurantes dicen que han sido acosadas sexualmente de manera rutinaria por los gerentes, según un informe de 2014 del grupo de defensoría Restaurant Opportunity Center United.

El lunes, el chef Mario Batali, quien es una celebridad y famoso restauranteur, renunció de sus operaciones diarias en sus restaurantes como respuesta a denuncias de acoso sexual que al menos 4 mujeres hicieron, y fueron publicadas en el sitio web Eater New York. Batali es el dueño de Eataly, en el Prudential Center.


TESTIMONIOS:

«Yo trabajé para McCormick & Schmick’s en Faneuil Hall. Mi supervisor era un hombre, que me acosaba sexualmente muy frecuentemente. Recuerdo la vez que mi supervisor me pidió que fuera al interior de la alacena para organizar los vinos, me siguió y me toqueteó los senos. Me sentí muy impotente, como un objeto o un animal que no vale nada».Marta Romero

«Trabajé para McCormick & Schmick’s como preparadora en la cocina. Había empleados, incluyendo mi supervisor, que me hacían comentarios sexuales asquerosos, y al menos una vez me tocaron. Un hombre se acercó a mi, me presionó contra la mesa y rozó su pene contra mis nalgas. Pienso en eso y me pregunto por q otras mujeres tienen que pasar por eso».Fabiana Santos

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