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Gareca pasó de verdugo a héroe al conseguir el boleto mundialista de Perú luego de 36 años

El argentino Ricardo ‘el Tigre’ Gareca privó a la selección de Perú de clasificar al Mundial de México 1986 pero luego se redimió con el país suramericano al llevar a la oncena inca a Rusia 2018, poniendo fin a un período, iniciado por él mismo, de 36 años sin presencia peruana en las Copas del Mundo.

En 1985, un gol de Gareca hizo derramar lágrimas de impotencia a los peruanos, durante aquel  2-2 entre Argentina y Perú, lo que dio a la Albiceleste la plaza para disputar la Copa del Mundo que acabaría levantando Diego Armando Maradona.

Actualemente, 32 años más tarde de aquel episodio lamentable para la nación suramericana, el ‘Tigre’ ha hecho llorar de nuevo a los peruanos, pero esta vez de alegría, emoción y una euforia desbordante en todo el país.

Al momento de tomar las riendas del equipo el argentino, apenas levantó ilusiones entre los peruanos cuando en marzo de 2015  inició sus entrenamientos. El banquillo blanquirojo había sido ofrecido antes a su compatriota Marcelo Bielsa, pero Gareca’ demostró que en solo tres meses era capaz de lograr resultados, al obtener el tercer puesto en la Copa América disputada en Chile.

Para su contratación el director deportivo de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), Juan Carlos Oblitas, valoró el gran rendimiento que había sacado al Vélez Sarsfield, con quien había salido campeón de Argentina en 2013, además de ganar dos Clausuras en 2009 y 2011 y un Torneo Inicial en 2012.

También se tomó en cuenta que conocia el fútbol peruano tras su paso en 2008 por el Universitario de Deportes, donde logró un Torneo Apertura. Sin embargo, las eliminatorias para el Mundial de Rusia no comenzaron bien, con solo cuatro puntos en las primeras seis fechas, lo que fue pretexto para que recibiera las primeras críticas y su continuidad estuviera en entredicho, aunque pronto la Federación ratificó su confianza en él.

La convocatoria de jugadores para la Copa América Centenario sirvió para queel seleccionador  hiciera profundos ajustes, prescindió de veteranos referentes como Claudio Pizarro y Juan Manuel Vargas y conformó un equipo joven, basado en la ilusión y el compromiso por soñar a lo grande, sin recordar las aciagas tres décadas que llevaba Perú sin jugar un Mundial.

Así inició una épica remontada en la que sacó 21 puntos en 11 partidos, con un equipo hecho a su imagen y semejanza, un bloque solidario, humilde, modesto, esforzado, comprometido y hambriento de triunfos, cuya histórica clasificación para la Copa del Mundo bien le vale al ‘Tigre’ la redención por aquel gol. La guinda al pastel la puso en la repesca, donde Perú derrotó por 2-0 a Nueva Zelanda en Lima, tras haber empatado sin goles en el partido de ida.

El entrenador de Perú  mantiene a sus 59 años casi la misma apariencia de su debut en 1978 con Boca Juniors, pues conserva su característica e inconfundible melena rubia y su espigado porte de futbolista, por el que también le llaman el ‘Flaco’.

La compostura y serenidad es otro rasgo esencial en Gareca: ni una palabra más alta que la otra, siempre comedido en su discurso, amante del trabajo silencioso.

Esta vez, ya como entrenador, Gareca podrá acudir al máximo certamen de selecciones, esquivo durante su época como futbolista. Con algunos títulos ganados en el fútbol argentino con Vélez, en el fútbol peruano con Universitario y la Copa Conmebol con Talleres, el Tigre ahora afrontará su mayor desafío.