La sede del Vaticano vivió un miércoles diferente cuando el Papa Francisco recibió la visita de la plantilla entera del club Chapecoense de Brasil, conjunto que en noviembre del año pasado perdió casi la totalidad de sus jugadores y cuerpo técnico en un trágico accidente aéreo previo a la final de la Copa Sudamericana en Colombia.
El Sumo Pontifice, llevaba a cabo su audiencia en la Plaza San Pedro, y al terminar la misma se acercó a los jugadores que estaban ordenadamente sentados escuchando al Papa quien luego rompió un poco el protocolo para cercarse a los jugadores del Chapecoense y a los familiares de los desaparecidos.
Cerca de 80 personas pertenecientes al Chapecoense se acercaron hasta el Papa Francisco quien recibió en sus manos un balón de fútbol con los colores del club (blanco y verde) y después posaron con el Vicario de Cristo para una fotografía.
Tres futbolistas sobrevivieron al accidente y dos de ellos, Jackson Follmann y Alan Ruschel, asistieron al acto del Vaticano.
Follmann sufrió heridas que le provocaron la amputación de parte de su pierna derecha.
«Le pedí que me bendijera mi rosario, ya que me voy a casar pronto. Me dio la bendición, así que estará conmigo el resto de mi vida», dijo Jackson Follman tras el especial encuentro.
También fue un momento emotivo para Alan Ruschel: «Siento que hubo un milagro en mi vida. Estoy muy contento por poder volver a jugar, y ahora aprovecho cada minuto que estoy jugando».
El conjunto amazónico del Chapecoense jugará contra la Roma en el Estadio Olímpico en un partido benéfico para recaudar fondos para el equipo. Y lo hará con la bendición del Papa.