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La demanda de Trump de construir el muro fronterizo podría levantar negociaciones delicadas en Capitol Hill

WASHINGTON – La amenaza del presidente Donald Trump de cerrar el gobierno federal por su exigencia de 1.600 millones de dólares en fondos para construir el muro fronterizo podría provocar delicadas negociaciones en el Capitolio para mantener el gobierno abierto y financiado más allá del 30 de septiembre, afianzando cada vez más a los Demócratas contra lo que ellos ven como un presidente impopular que está luchando para atraer a su base de electores.

Durante una manifestación en Phoenix el martes por la noche, Trump lanzó su última amenaza sobre el bloqueo de nuevos fondos gubernamentales si no incluyen los 1.600 millones de dólares que quiere para construir parcialmente un nuevo muro a lo largo de la frontera con México.

«Construyan el muro», dijo. «Ahora los demócratas obstruccionistas quieren que no lo hagamos, pero créanme, si tenemos que cerrar nuestro gobierno, estaremos construyendo ese muro».

Las operaciones gubernamentales sólo se financian hasta el 30 de septiembre, que es el final del año fiscal federal. Si el Congreso y la Casa Blanca no están de acuerdo con los nuevos niveles de financiamiento para entonces, habrá un cierre parcial del gobierno. Se cerrarán los parques nacionales, se suspenderán muchas operaciones gubernamentales y a cientos de miles de trabajadores federales -muchos de ellos en el área de Washington- serán obligados a irse de permiso a sus hogares sin recibir sueldo (furlough).

A los trabajadores federales tradicionalmente se les pagan los salarios caídos (que dejaron de percibir durante el período que estaban bajo la figura de furlough), pero si el cierre es prolongado puede causar tensiones importantes debido a una interrupción en los ingresos.

La Cámara de Representantes aprobó en julio un proyecto de ley que destinaría 1.600 millones de dólares a la financiación del nuevo muro, pero el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, no ha dicho si incluirá una medida similar en el proyecto de ley de financiación del Senado. Los demócratas -y algunos republicanos- se oponen al uso del dinero de los contribuyentes para construir un nuevo muro a lo largo de la frontera de México, y McConnell necesita al menos ocho demócratas para aceptar cualquier proyecto de ley de financiamiento para que pase.

Los demócratas han dicho que apoyan el gasto de dinero para la seguridad fronteriza, pero se han opuesto al uso de dinero de los contribuyentes para la construcción de un nuevo muro físico a lo largo de la frontera de México.

Trump ha amenazado con cerrar el gobierno antes. En mayo, lamentó las reglas del Senado que requieren 60 votos procesales para que los proyectos de ley puedan pasar a la votación final. Él ha instado repetidamente a McConnell a cambiar esta regla de largo plazo, pero sus intentos han sido en vano.

«Nuestro país necesita una buena ‘parada’ en septiembre para arreglar este lío», escribió Trump en Twitter en mayo pasado.

La exigencia del dinero para el muro en la frontera junto con la promesa de cerrar el gobierno viene durante un período de tensas negociaciones entre republicanos y demócratas en el Capitolio, y podría enturbiar las discusiones en varios frentes.

El Congreso debe reautorizar una ley que provea cuidado de salud a niños de bajos ingresos a fines de septiembre o habrá recortes al financiamiento de ese programa, y también deben elevar el techo de deuda para el 29 de septiembre, o el Secretario del Tesoro Steven Mnuchin ha dicho que el gobierno de EEUU podría quedarse sin el dinero necesario para pagar todas sus cuentas.

El último cierre del gobierno fue desde el 1 de octubre hasta el 17 de octubre de 2013. El número de empleados federales a quienes se les otorgó un permiso de ausencia no remunerado (furlough) durante ese cierre alcanzó un máximo de 850.000 trabajadores, donde los empleados federales perdieron un total de 6,6 millones de días de trabajo, dijo el gobierno de Obama en aquel entonces. Los economistas también creen que la paralización impactó negativamente el crecimiento económico, aunque no están de acuerdo exactamente en cuánto.

El cierre del gobierno en 2013 fue liderado en parte por el senador Ted Cruz, republicano de Texas, y sus demandas de nuevos votos relacionados con la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Costo (Obamacare). En ese momento tenía el apoyo el representante Mick Mulvaney, republicano de Carolina del Sur, un líder del ala conservadora del Partido Republicano. Mulvaney ahora es el director de presupuesto de Trump y también ha pedido al Congreso que autorice fondos por 1.600 millones de dólares para el muro.

Durante la campaña presidencial, Trump dijo que Estados Unidos no pagaría por un nuevo muro. En cambio, dijo que México financiaría la construcción del muro, pero México se ha negado a pagar por ello y Trump a principios de este año exigió que el dinero provenga de las apropiaciones del Congreso.

El cierre de 2013 fue el primero desde la década de los 90. Es muy inusual que haya un cierre del gobierno cuando un partido político controla la Casa Blanca y ambas cámaras del Congreso como los republicanos lo hacen ahora. Normalmente se producen cierres cuando el control del gobierno está dividido entre demócratas y republicanos y los legisladores están en un punto muerto (donde las negociaciones no avanzan).

(Traducción El Tiempo Latino/El Planeta Media)