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Copley Square se llenó de venezolanos el domingo. La consulta popular convocada por la oposición en contra de Maduro en todo el mundo atrajo a nuestra ciudad a 2860 venezolanos que participaron.
Pero no sólo votaron, también llevaron banderas, pancartas, instrumentos musicales y hasta se pusieron a tocar, cantar el «Alma Llanera» y el himno nacional. En el calor de julio, los venezolanos se sentían como en casa en Copley Square.
Antes de las 7 de la mañana comenzaron a llegar los más de 70 voluntarios que sirvieron como coordinadores y facilitadores del proceso e instalaron las mesas electorales. A las 8 de la mañana ya estaba el primer venezolano votando. Y a las 6 de la tarde votó el último.
Los voluntarios fueron convocados por el representante de Venmundo en Boston David Bonyuet quien dirigió la organización del evento en Copley.
Según las cifras oficiales, en todo Massachusetts participaron 3228 venezolanos, contando las cifras de Boston y añadiendo las de Worcester, donde se ubicó el otro centro electoral de Massachusetts y donde votaron 368 venezolanos más. El 97 por ciento rechazó al gobierno de Maduro y su constituyente.
«La asistencia fue muchísimo mayor de lo que estábamos esperando», cuenta Cristina Aguilera, coordinadora de medios del evento y fundadora de Voto Boston. «Pensábamos que vendrían unos 1000, y cuando llegamos a 2000 no lo podíamos creer».
En la «hora pico» de la cola, entre el mediodía y las 3 de la tarde, hubo personas que dijeron haber hecho hasta dos horas y media de cola para votar.
A nivel local, participaron 9 observadores internacionales, 4 venezolanos y 5 extranjeros. Entre ellos estaba Verónica Robles, directora y fundadora de Veronica Robles Cultural Center; Ben Echevarría, director ejecutivo de Welcome Project; Tom Smith, director ejecutivo de Jutice at Work quien está entrenado para ser observador de eventos electorales por la National Lawyers Guild; entre otros.
A nivel global, votaron más de 7 millones 600 mil venezolanos en todo el mundo. La gran mayoría (95 por ciento), como era de esperarse en esta convocatoria de la oposición, votó en contra de Nicolás Maduro.
Amparados en la constitución, la oposición calificó esta protesta como «el acto de desobediencia civil más grande en la historia». En total, con al 100 por ciento de los votos escrutados, participaron más de 7 millones 600 mil personas.
Muchas personas y medios de comunicación califican de «simbólica» esta protesta, puesto que no cuenta con el reconocimiento del gobierno nacional. Sin embargo, hay que resaltar que la convocatoria a esta consulta popular tiene una base legal en la constitución, que plantea la posibilidad de la «desobediencia civil» si la democracia está en juego.
«No me gusta que se use la palabra ‘simbólica’, porque disminuye el peso de lo que representa esta gran protesta masiva. Esta acción no solo es constitucional, sino que además habla por sí misma de la sed de democracia que tienen los venezolanos», opinó Cristina Aguilera. «A pesar de haber convocado esta consulta en solo 15 días y con el sabotaje mediático y administrativo del gobierno, logramos que más de 7 millones en todo el mundo se declararan en rechazo a la constituyente y a la dictadura», agregó.
Ante la imposibilidad de lograr que el impopular gobierno de Maduro convocara elecciones, la oposición decidió convocar este plebiscito, que constaba de tres preguntas:
1-¿Rechaza y desconoce la realización de una asamblea nacional constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación previa del pueblo venezolano?
2-¿Demanda a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana obedecer y defender la Constitución del año 1999 y respaldar las decisiones de la Asamblea Nacional?
3-¿Aprueba que se proceda a la renovación de los Poderes Públicos de acuerdo con lo establecido en la Constitución, así como la realización de elecciones y la conformación de un nuevo gobierno de unidad nacional?
Ante estas preguntas, una mayoría abrumadora de participantes contestó «sí».
«¡Ayer hicimos historia! El pueblo de Venezuela, dentro y fuera de sus fronteras, decidió alzar su voz en contra de la dictadura. Queremos Libertad y Democracia y ayer así lo exigimos!, dijo Susana Jacobus Odreman, voluntaria en una de las mesas electorales del punto soberano en Boston.
«¡Grande Venezuela! A puro pulmón, a puro corazón, este pueblo organizó la consulta más grande de su Historia… El pueblo desconoció la Constituyente y ordenó la restitución del orden democrático», aseveró en sus redes sociales el preso político Leopoldo López, quien puedo ejercer el derecho a voto en su casa al trasladarse hasta allí el jesuita José Virtuoso, uno de los garantes del proceso.
«Hoy ganó la democracia. No hemos visto algo semejante en el mundo a lo que pasó hoy en Venezuela», resumió el expresidente colombiano Andrés Pastrana, observador internacional invitado por la oposición, quien insistió en que el pueblo dio un mandato al Parlamento que debe cumplir.
¿Qué va a pasar ahora?
Con una probabilidad casi nula de ganar una elección, el impopular Maduro hizo una convocatoria para una asamblea constituyente para cambiar la constitución y reorganizar los poderes públicos, con el detalle de que los constituyentistas no serían elegidos por votación directa, universal y secreta como establece la ley, sino por asambleas comunales controladas por el oficialismo. La oposición se negó a participar en este proceso que lo calificó de una “trampa” para eliminar las elecciones y atornillarse en el poder. Con la constituyente, Maduro no busca resolver los problemas de los venezolanos, sino resolver su problema personal de impopularidad y perpetuarse en el poder per secula seculorum. La votación para escoger a los constituyentistas de esta asamblea es el 30 de julio.
Ante la abrumadora participación en este acto masivo de protesta, líderes de la oposición han activado lo que llaman la «Hora Cero», que contempla, entre otras cosas, un paro cívico nacional de 24 horas el jueves, y el nombramiento de nuevos jueces del Tribunal Supremo de Justicia por parte de la Asamblea Nacional, institución de mayoría opositora.
«Avanzar a trocha y mocha hacia una constituyente que evidentemente rechaza la mayoría de la población es un error incluso para el chavismo», opinó Luis Vicente León, economista y analista político venezolano. «La consulta popular te da fuerza y poder de negociación. De eso se trata…Una negociación que logre parar la Constituyente y plantear acuerdos electorales y de cohabitación pacífica sería el escenario estelar».