El Presidente Donald Trump tiene una nueva idea acerca de cómo cubrir los costos del muro fronterizo que propone entre México y los Estados Unidos: construirlo con paneles solares.
En una reunión de la Casa Blanca el martes, Trump sacó a relucir el concepto de “bellas estructuras» de 40 a 50 pies de altura, que genera electricidad limpia proveniente del sol – y ayudaría a cubrir los costos del proyecto, de acuerdo a comentarios reportados por Axios.
La frontera de los Estados Unidos con México tiene casi 2 mil millas de longitud. Trump dijo que su muro, designado para prevenir que inmigrantes crucen la frontera a los Estados Unidos ilegalmente, cubrirá mil millas, con obstáculos naturales completando el trabajo.
Esos son bastantes paneles solares, potencialmente generando una cantidad significativa de energía. Pero la realidad de construir un muro de mil millas cubierto por paneles solares – y luego obteniendo la electricidad para mercadearla en cualquiera de los lados de la frontera – no es sencilla.
Con pocos detalles actuales acerca del diseño del muro, el costo de construirlo o el precio que habría que pagar por la electricidad, es difícil llegar a conclusiones realísticas acerca del impacto del muro solar de Trump – asumiendo que se llegue a construir algún día.
Las predicciones varían dramáticamente basadas en las presunciones acerca de si la construcción del muro está incluído en los cálculos.
Tom Gleason, dueño y fundador de la compañía que presentó la propuesta de construir un muro solar en la frontera, ha dicho que su diseño podría generar dos megavatios de electricidad por hora, costaría alrededor de 6 millones de dólares por milla para construir y se pagaría en 20 años.
Gleason Partners publicó en abril una imagen de cómo se vería el muro.
Un estimado de Elemental Energy, una compañía de instalaciones solares en Portland, Oregon, consiguió que mil millas de muro solar podría generar 2 mil 657 horas de gigavatios de electricidad anualmente, lo que tendría un valor de 106 millones de dólares.
Pero el diseño del muro por si mismo podría ser problemático para la instalación de paneles solares, de acuerdo a información de un análisis del Financial Times.
Arreglar los paneles verticalmente podría llevar a una pérdida de eficiencia de alrededor de 50 por ciento, dice el análisis, con el ángulo en el que el sol tocaría el muro perdiendo un 10 por ciento adicional de eficiencia.
Dado que un panel solar promedio opera a 20 por ciento de eficiencia, y tomando en cuanta algunos otros retos, esto deja el muro solar de la frontera operando a tan solo 8 por ciento de eficiencia. Esa es una gran desventaja.
Adicionalmente, los paneles solares se dañan con el tiempo. Los requerimientos dictados por la seguridad del muro fronterizo – ladrillos y pintura de aerosol, por ejemplo – podrían reducir la eficiencia.
Y luego está la pregunta acerca de si se puede conseguir un mercado para una electricidad que se generaría por un muro solar en una sección remota del país.
Con menos de 2 por ciento de la población de los Estados Unidos viviendo dentro de las 40 millas de la frontera de México, la electricidad generada por el muro sería en su mayor parte inútil – a menos que las costosas líneas de transmisión fueran construidas para llevar electricidad a otras partes del país.
De acuerdo a un estudio de 2012 realizado por el Instituto de Ingeniería Tecnológica, una asociación profesional en Gran Bretaña, un cable de transmisión tiene un costo de vida de alrededor de 8.8 millones de dólares por milla, con cables subterráneos llegando hasta los 50.2 millones de dólares por millas.
Esto significa que para transmitir poder desde la frontera de México a Dakota del Norte, Trump tendría que incluir costos de más de 8 billones de dólares, al menos – adicionalmente a los costos de los paneles solares, el muro y la mano de obra.
Alternativamente, el poder podría direccionarse al otro lado, ayudando a llevar electricidad a las casas en México – en consecuencia cumpliendo otra promesa presidencial, sugerida por Jigar Shah, fundador y jefe ejecutivo de SunEdison, una compañía de energía solar.
“Si la electricidad se vendiera a los méxicanos – ayudar con su gran necesidad – entonces el Presidente pudiera cumplir su promesa de de que los mexicanos pagaron por el muro”, escribió en una publicación de enero.
Shah elaboró sobre esta idea en una entrevista con The Washington Post.
“En este caso, la compañía que tiene el monopolio de utilidad en México es CFE”, dijo. “CFE es un brazo del gobierno, y si firman un contrato de 20 años para comprar la electricidad a 6 centavos por hora de kilovatio, entonces técnicamente eso estuviera viniendo del gobierno”.
Pero todavía es algo lejano. “Hay muchas razones por las que esto nunca funcionaría”, dijo Shah.
A pesar de que México ha estado abiertamente hostil al muro, aún falta ver si el gobierno sería más abierto a cooperar con el presidente de los Estados Unidos si resultara ser una fuente de energía limpia.
“Una vez que CFE se entere de lo que Trump haría, aún si sería una gran oferta para los mexicanos, ellos dirían ‘No vamos a firmar este contrato por principios, porque no queremos que Trump cumpla su promesa’ “, dijo Shah.
Otros argumentan que construir un muro solar que genere electricidad para México es un caso atractivo política y económicamente.
El poder generado por el muro llegaría a más gente en México. Los paneles solares podrían terminar llevando electricidad a más de 500 mil hogares en los Estados Unidos o mucho más allá de la frontera, de acuerdo a los expertos solares Vasilis Fthenakis y Ken Zweibel.
“Incluso sin la participación del Sr. Trump, el Presidente mexicano podría perseguir hacer este muro en su propio territorio, con financiamiento de inversionistas privados”, escribieron. “Esto podría ser positivo para la idea de Trump de colocar una estructura que divida a los dos países. El Presidente Peña Nieto podría invitar a sus vecinos del norte a formar parte de esta iniciativa, o México podría simplemente quedarse los beneficios financieros y ambientales para ellos mismos”.
México está buscando reducir la intensidad de sus emisiones en alrededor de 40 por ciento desde 2013 a 2030.
Trump aparentemente le dijo a los legisladores que podrían hablar del muro si decían que había sido su idea.
A parte de las grandes problemáticas económicas y técnicas de construir un muro solar masivo, no hay indicación que sugiera que el presiente haya considerado las consecuencias políticas de su decisión.
Acabar con las plantas de carbon para construir el muro de paneles solares es poco probable que vaya acorde con el mantra “Trump cava carbón”.
Dada la dominación global de China por la industria de paneles solares, podría ser difícil para Trump defenderse en contra de la construcción del muro con paneles solares hechos en China, que sería un regalo para el competitor económico – y un impulso energético para México.