La música es un elemento que está presente diariamente en nuestras vidas, y que transmitimos a nuestros hijos desde pequeños. A través de la música no sólo conseguimos entretener a los pequeños de la casa, también les ayudamos a desarrollar infinidad de habilidades físicas y mentales.
Bailar al ritmo de una melodía mejora la coordinación, y aprender a tocar un instrumento ayuda a afinar la psicomotricidad. El estudio de la música se ha mostrado como una de las mejores actividades extraescolares, puesto que se desarrolla una mayor atención, y afianza la capacidad de concentración y la paciencia.
La música desarrolla las capacidades de los niños y puede mejorar sus resultados académicos. Les ayuda a crecer en todas sus capacidades afectivas, emocionales e intelectuales.
Incluso se ha comprobado que desde el momento del embarazo, la música ofrece beneficios para el buen desarrollo del bebé. Escuchar clásicos como Mozart, Bach y Vivaldi, puede hacer disminuir el ritmo cardiaco del pequeño en el vientre materno; los induce a un estado de serenidad. La musicoterapia en el embarazo también enriquece el desarrollo físico, emocional e intelectual del bebé y estimula una conexión más profunda entre madre e hijo, creando vínculos afectivos positivos.
En la educación, la música está siendo introducida en la formación de los niños en edades preescolares debido a la importancia que representa en su desarrollo intelectual, auditivo, sensorial, del habla y de la motricidad.
La etapa de la alfabetización del niño se ve más estimulada con la música dentro de ella. A través de las canciones infantiles, los niños acompañan las letras con gestos al cantar, mejorando su forma de hablar y de entender el significado de lo que dice; su alfabetización se acelera. Los niños aprenden mejor con música porque la asocian a diversión y alegría, y a través de ella se pueden enseñar valores y buenos hábitos.
Sobre cuáles son los tipos de música ideales, lo realmente importantes es que exista variedad; de este modo se dan a conocer distintos estilos y ritmos y se introduce la mente a nuevas percepciones. Sin embargo, es importante acotar que no es recomendable excluir la música clásica del repertorio ya que, de acuerdo a distintos estudios realizados, esta tiene un fuerte impacto positivo en la activación de neuronas y receptividad cerebral.
La música es utilizada como una estrategia didáctica que además de impulsar la diversión y la creatividad, también contribuye a la formación, generando así nuevas maneras de adquirir conocimientos y de percibir el mundo.