Desde su llegada, con pocas posesiones y vastas esperanzas y talentos, los inmigrantes de Boston nos han ofrecido no sόlo su cocina, arte y cultura sino también su industria e intelecto. Muchos son solicitantes de asilo, huyen de la guerra, de la violencia doméstica, del tráfico y de la tortura. Todos ellos merecen una vida mejor.
Me uní orgullosamente a miles de personas que han estado protestando la reciente prohibición de inmigración del Presidente en el Aeropuerto de Logan, en Copley Square, y en el monumento Holocausto. En el Aeropuerto de Logan, me encontré con una familia ansiosa esperando para saludar a su padre detenido, un compañero de ingeniería mecánica posdoctoral. Fue detenido simplemente por su pasaporte iraní. Gracias a la ACLU (Unión Americana de Libertades Civiles), fui testigo de su reunión profundamente conmovedora.
Este el momento para que seamos audaces, no sólo con palabras sino también en acción. Debemos seguir recibiendo a todas las personas. Es por eso que la semana pasada introduje legislación para explorar fondos públicos/privados para una Defensa Legal para Inmigrantes de Boston que son documentados e indocumentados.
Algunos, incluyendo al Alcalde de Boston, no están de acuerdo. Él cree que este paso conduce a una «zancadilla». Como un Concejal de la Ciudad de Boston, yo creo que es crítico para nosotros mantener tanto nuestra Constitución como nuestra economía regional. No sólo es lo correcto éticamente, sino que es lo que se debe hacer de forma responsable para proteger la seguridad económica de nuestra ciudad.
La pérdida de inmigrantes de los colegios y universidades de Boston, o de nuestras industrias de la medicina, la biotecnología y las ciencias de la vida, restaurantes, industria de hospitalidad, turismo o las tecnologías de la información es simplemente demasiado profunda como para dejar las cosas al azar. Es una política responsable proteger a todos nuestros residentes. Su éxito es nuestro éxito.
La Coalición MIRA estima que de 2010 a 2015 sólo 4% de los inmigrantes documentados o indocumentados sin representación legal ganó su caso. Si tienen representación legal, sin embargo, esa cifra saltará al 49%. Debemos asegurar que cada residente tenga acceso al debido proceso que nuestra Constitución asigna para todos.
Para una ciudad que se promueve como “progresista” y una “ciudad de clase mundial”, estamos detrás de Los Ángeles, Chicago, Nueva York y otras cinco ciudades importantes que ya han creado un fondo de defensa. En Chicago, han prometido $3 millones. En Los Ángeles, su fondo es de $ 10 millones.
Nuestro fracaso en promulgar una reforma migratoria integral continúa perjudicando profundamente a las familias. La Coalición MIRA estima que cada año un promedio de 492 niños ciudadanos estadounidenses en Boston tienen un padre que termina detenido y deportado. Como bostonianos, no podemos quedarnos a un lado mientras las familias son separadas.
Si los inmigrantes de Boston están documentados o no documentados, la contribución de estas personas es inconmensurable. Si nos quedamos parados y permitimos que nuestro Presidente desarme nuestra Constitución y nuestra economía regional, seremos cómplices e irresponsables en nuestra inacción.
Somos Boston. No sólo es tiempo de palabras fuertes, sino también acciones concretas para proteger a nuestras comunidades de inmigrantes.